Agua con azúcar y, encima, cargada de aditivos artificiales. Esto es lo que le proporcionas a tu cuerpo cuando te tomas un zumo envasado (a no ser que sea ecológico y obtenido mediante prensado en frío) o un refresco. Y si los consumes habitualmente, cuidado, porque encima, enganchan.
En cuanto a los refrescos light, sácalos cuanto antes de tu dieta y de tu vida. Ya hay estudios que demuestran que no sólo no te ayudarán a adelgazar sino que sus edulcorantes artificiales pueden llevarte directa al sobrepeso y la diabetes. Durante tus comidas y en tu mesa de trabajo, sólo agua o infusiones.
Obesógenos y cancerígenos
Si te pasaste a la versión light de tus refrescos preferidos para mantener la línea, cuidado. Como dice la nutricionistas Silvia Riolobos, "este tipo de bebidas no sólo contienen obesógenos, que alteran nuestro sistema hormonal, sino edulcorantes como el aspartamo, que daña el sistema nervioso y es un posible cancerígeno".
Como dice el doctor Ricardo García-Mayor, especialista en endocrinología y nutrición de la Universidad de Vigo, y uno de los pocos médicos españoles que ha estudiado los obesógenos, estas sustancias, que pueden provenir del medioambiente o la dieta, interfieren con nuestro sistema endocrino y alteran el metabolismo, haciéndonos acumular cada vez más peso. Y, como dice Vani Hari en su libro Food Babe (Ed. Edaf), estas sustancias se encuentran en abundancia en los refrescos light.
De hecho, como explican en El gran libro de la nutrición (Ed. Amat), este tipo de refrescos están más vinculados a la obesidad, la diabetes tipo 2 y el síndrome metabólico, que los refrescos tradicionales. ¿La causa? Se cree que los principales responsables son los edulcorantes artificiales. Este tipo de bebidas, a pesar de no tener calorías, pueden disparar tu preferencia por lo dulce y, además, al tomar refrescos light, puede que te des más caprichos con la comida o te excedas con las copas porque "compensas".
A parte de estos peligrosos efectos para tu salud, este tipo de bebidas no calman la sed y además te aportan gas, lo que hará que tu tripa esté más hinchada. Y si te intentas quitar el hambre a base de refrescos light, mala estrategia: lo único que conseguirás es privarte de los nutrientes que necesita tu organismo y acumular hambre, lo que al final te llevará a comer más.
Psst. No te dejes engañar por los refrescos o bebidas endulzadas con stevia. Aunque esta planta no tiene calorías y es muy saludable, el porcentaje que contienen no suele sobrepasar el 1%. Y además, añaden otros edulcorantes.
Zumos envasados
Por muy cómodos y fáciles de tomar que sea, sácalos de tu dieta, se trata de bebidas con un altísimo contenido de azúcar, sobre todo los néctares. Y además, no te aportan ni los mismos nutrientes ni los mismos beneficios que la fruta y los zumos naturales. Primero, porque a este tipo de zumos se les suele quitar la fibra, lo que los convierte en azúcares rápidos. Después se les añade agua y pierden vitaminas y minerales.
Si consumes zumos o batidos de fruta envasados, procura que al menos estén elaborados por presión en frío o sean 100% exprimidos o triturados, para que conserven la fibra. Los reconocerás porque este tipo de zumos están refrigerados y duran muy poco.
¿Y los hechos en casa? Mucho mejor, pero procura no colar nunca el zumo de naranja ni añadirles azúcar. Aunque, según Silvia Riolobos, "nada como comerse una pieza de fruta natural y a mordiscos; precisamente para eso tenemos dientes".
Si ocasionalmente decides comprar zumos envasados, lee antes la etiqueta para comparar el contenido en azúcar y calorías. No te recomendamos tampoco los que tienen leche añadida, ya que aumentan el contenido calórico. Y si los haces tú en casa, procura no mezclar demasiadas frutas para no disparar el contenido en azúcar.
Psst. Los zumos envasados son un gran problema para los más pequeños, quienes más los consumen, ya que les aportan un exceso de azúcar innecesario. Además, este tipo de zumos no puede suplir en ningún caso el aporte de frutas y verduras que necesitan. Para el cole o en casa, siempre mejor comer una pieza de fruta entera.
Vía: ELLE