Tranquilízate porque no eres la única persona en el mundo que tiene esos miedos. De hecho, el ilustrador y animador norteamericano Fran Krause los ha recopilado en Nuestros miedos ocultos.
Publicado por Sapristi, Nuestros miedos ocultos es el spin off en forma de libro de Deep dark fears, un webcomic que Krause lleva publicando desde hace años en redes sociales. Tumblr, Instagram y Twitter son los medios en los que este ilustrador ha ido volcando sus temores.
El éxito de la propuesta fue tal, que sus lectores no tardaron en empezar a sincerarse con él. Poco a poco, fue dejando de lado sus miedos personales y decidió ilustrar los de estos colaboradores espontáneos.
De esa forma, en Nuestros miedos ocultos se suceden desde los terrores atávicos a los que ha intentado dar repuesta el psicoanálisis a miedos infantiles provocados por explicaciones un tanto defectuosas.
Entre los primeros se encuentra la pesadilla recurrente de perder los dientes. La novedad es que en la historia compartida por Tooleliu, sus brackets hacen que salgan todos unidos, como un collar de perlas. Entre los segundos miedos, se encuentra la historia de una lectora anónima que se pasó meses sin abrazar a hombres. ¿La razón? Su padre le había explicado que su hermanito había nacido porque «papá abrazó muy fuerte a mamá». Tampoco se queda atrás la historia de 8Bitunicorn a quien su padre le explicó que, si se quedaba dormida con un chupa chups en la boca, le saldría un hormiguero en el cerebro.
El éxito de Deep dark fears fue tal, que hubo fans que se animaron a traducir y rotular ellos mismos algunas de las historias al castellano. Una iniciativa que se ha vuelto innecesaria con la reciente edición de Sapristi, más fiel a la original y con mejores acabados.
Aquellos que quieran compartir sus terrores con Fran Krause, no tienen más que contactar con él a través del formulario de la web deepdarkfears.com. Los únicos requisitos son que el terror sea verídico y estar de acuerdo con que pueda convertirse en una de las historietas del proyecto.
Fuente: Yorokobu