Los bebés son especialmente sensibles a los cambios bruscos de temperatura así que les daremos algunos consejos sobre cómo usar el aire acondicionado si tienes bebés para evitar que les haga mal.
Busca una temperatura de confort
Con un bebé no puedes ajusta el aire a una temperatura demasiado baja. Una temperatura ambiente ideal cuando hay bebés ronda los 22-24 grados, tanto para casa como para el coche.
Procura, además, que la diferencia entre el exterior y el interior no supere los 10 grados para evitar cambios bruscos de temperatura, aunque con 40 grados es imposible conseguirlo.
Evita el flujo de aire directo
Ojo donde colocas la cuna del bebé. Evita que el flujo de aire le de directamente.
Los aparatos permiten ajustar la salida de aire dirigiendo el flujo en varias direcciones.
Mantenimiento adecuado
Hay que cuidar los filtros del aire acondicionado y limpiarlos regularmente para que no acumulen suciedad.
Si no hay un servicio de mantenimiento de los aparatos adecuado se produce un aumento de las bacterias pudiendo provocar infecciones respiratorias en los bebés. El aire acondicionado es el culpable del 20% de los catarros en verano.
No uses el aire acondicionado para dormir
Si vas a acostar el bebé en una habitación con aire acondicionado, enfríala primero hasta alcanzar una temperatura confortable y luego acuesta al bebé. No lo dejes encendido durante la noche.
Utiliza un humidificador
El aire acondicionado reduce la humedad ambiente, por tanto para contrarrestar la sequedad utiliza un humidificador de aire frío para evitar que se resequen las mucosas del bebé.
Lleva siempre una mantita ligera
Cuando salgas de casa, lleva siempre una mantita para tapar a tu bebé si entras a una tienda o a un centro comercial con demasiado aire acondicionado.