A la hora de empezar el colegio, una de las mayores preocupaciones de los padres de gemelos y mellizos es si sus hijos deberían estar juntos o separados en clase. El colegio suele dar su propia recomendación, pero deberían ser los propios padres, quienes mejor conocen a a sus hijos, quienes decidan qué es mejor para ellos.
Los gemelos y mellizos tienen una relación muy íntima. Han sido concebidos juntos, han compartido el vientre materno y lo comparten todo desde que nacieron, por tanto decidir si separarles o no es lo mejor para ellos no es una cuestión fácil de resolver. Les damos algunos argumentos a favor y en contra de separar a los gemelos y mellizos.
¿Por qué separarlos?
El argumento a favor más extendido es que ir a diferentes clases les ayudará a ser independientes y afianzar su individualidad. No siempre es así, pero en ciertos casos, dependiendo de las características de cada niño, puede ser una buena opción.
Al ir juntos podrían acentuarse las comparaciones entre ambos o confundirlos sin querer, afectando a su propia concepción de individualidad.
Por su parte, separarlos podría ser una solución cuando los hermanos discuten con frecuencia, se molestan, rivalizan entre ellos o si hay dominancia de uno de los hermanos sobre el otro. De esta forma, cada uno sentirá que tiene su lugar y su propio espacio individual.
¿Por qué dejarlos juntos?
Como comentábamos antes, los gemelos o mellizos han estado juntos desde que fueron concebidos, nacieron juntos y han crecido a la par, por lo que tienen una relación muy especial. Esto no quita que son personas cada uno con su propio carácter y sus peculiaridades, pero con un vínculo muy particular.
Dejarlos juntos es una manera de respetar ese vínculo afectivo sin someterlos al estrés de la separación, una ansiedad añadida al estrés que provoca de por sí el comienzo de la guardería o del colegio para cualquier niño.
Al contrario de lo que pueda pensarse, necesitar del otro es positivo para su desarrollo emocional. La simbiosis entre gemelos les proporciona seguridad y confianza en sí mismos. No les resta identidad el estar juntos en clase, por el contrario la separación representa un desapego.
Cuando hablamos de niños pequeños, la separación de los padres y la adaptación a la escuela son cambios demasiado drásticos para ellos. Si a un niño que no lo está llevando bien, se le suma el hecho de separarle de su hermano gemelo, la situación podría ser aún más difícil.
Lo más recomendable es realizar cambios paulatinos y dejarle tiempo para que se adapte a cada situación, por lo que dejarles juntos sería la mejor opción en estos casos.
Tal vez cuando los niños estén bien adaptados y según vayan creciendo, se podrá volver a valorar la posibilidad de separarlos si las circunstancias han cambiado.
Vía | Bebés y más