Tal vez esto no es lo que esperabas; pero gracias. A pesar de que las editoriales y toda la literatura en nuestros días parece habernos decepcionado, tú sigues abriendo este tipo de artículos esperando que, en medio de la niebla de colores brillantes generada por la literatura juvenil, encuentres algo que por fin valga la pena llevarte a tu casa o buscar en una librería. Las tiendas nos tienen tan acostumbrados a la decepción, ver a un montón de personas comprar un libro / diario para "destruirlo" nos parece completamente normal... y tú sigues aquí.
Vivimos con el miedo inminente de que autores quieran sacar la última gota de sus ya muy exprimidas sagas, estamos hartos de que un tal Yordi Rosado anuncie un nuevo Quiúbole con... De todas formas ¿a quién va a dirigirlo?, ¡¿A nuestros perros adolescentes con problemas de identidad?! Mientras la molestia se apodera de nosotros, nos seguimos preguntando hacia dónde migraron las grandes historias que nos hicieron creer que en los libros hallaríamos las respuestas a preguntas que, a veces, ni siquiera nos hemos hecho.
Si algo de esperanzador hay detrás de todos estos libros tan poco agraciados es que su auge es pasajero, quizá la gente los compre en cantidades obscenas durante una corta temporada, pero pronto terminan por olvidarlos en algún estante o librero —a veces sin siquiera haberlos leído–.
Justo en ese momento todo vuelve a brillar frente a tus ojos; sólo ante ti, que nunca te tragaste el cuento de que la literatura impresa estaba muerta, se revela la gran verdad que estabas esperando: nada está perdido, absolutamente todo sigue en su lugar y, todavía mejor, los libros que algún día creíste perdidos en realidad permanecen dentro de la lista de los títulos más vendidos.
Guerra y paz (1864)
León Tólstoi
Tólstoi, al igual que Fiódor Dostoyevski, pertenece a un grupo de autores rusos que persiguen hasta el detalle más pequeño en sus novelas, esto inevitablemente las convierte en volúmenes gigantes que a primera vista son imposibles de leer; no obstante, son esas mismas páginas y páginas de descripción lo que hacen que las historias sean mucho más legibles y entretenidas; sobre todo si, como ésta, hablan de un acontecimiento tan duro como las guerras napoleónicas en Rusia.
Drácula (1987)
Bram Stoker
No importa cuántas películas y libros aparezcan con un vampiro como protagonista; cualquiera que sea la propuesta nunca van a igualar al terror y el misterio que rodean a la oscura criatura de Stoker. Sin embargo, no es el miedo o la atmósfera oscura que ronda alrededor del Conde Drácula lo que lo ha vuelto famoso, sino la sensualidad con la que acecha a sus víctimas "volviéndolas suyas" quitándoles su sangre.
Los miserables (1862)
Víctor Hugo
A pesar de que los escritores del siglo XVII nunca se centraron en la pobreza y la desigualdad social que los rodeaba, este autor francés decidió darle peso a este aspecto olvidado de la sociedad para crear una de sus obras más memorables en la que los personajes principales encarnan a esas personas representativas de las calles y de la marginalidad francesa de la época.
Cien años de soledad (1982)
Gabriel García Márquez
Una familia enredada, pueblos fantásticos que se esconden entre la selva y un conjunto de hechos que parecen salidos de un cuento de hadas son apenas algunos de los elementos que hicieron de esta novela una digna representante del realismo mágico latinoamericano, y además merecedora del Premio Nobel en 1984.
La vida es sueño (1635)
Pedro Calderón de la Barca
La antigua creencia de que nuestra existencia es parte de un sueño en la mente de un ser místico, incluso superior a nosotros, sigue tan vigente que libros como éste, donde esta idea es el recurso principal, siguen vendiéndose en todas las librerías. Calderón de la Barca no sólo se preocupa por el sueño en sí, sino por el hecho de que este "gigante" despierte y lo que vendrá después de ello.
1984 (1949)
George Orwell
A pesar de que nos separan 68 años de la aparición de este libro, Orwell parece hacer su texto basado en nuestra sociedad al mostraros un mundo en decadencia gobernado sólo por quienes controlan el dinero. Gracias a este control económico, los gobernantes son capaces incluso de cambiar la moral y las ideas de toda una nación.
El Diario de Ana Frank (1947)
(Presuntamente) Ana Frank
No sabemos exactamente si los textos que componen este libro fueron escritos por Ana o por su padre; sin embargo, es un hecho de que son testimonios crudos y de primera mano acerca de todo lo que ocurrió durante el holocausto. Todo es visto desde la mirada de una niña que sufrió las inclemencias de esconderse de los nazis forzándose a vivir en las condiciones más precarias con tal de librarse de la muerte.
La Celestina (1792)
Fernando de Rojas
No es gratuito que esta novela haya marcado el fin de la escritura religiosa en España. Entre sus páginas se esconde la verdadera perversión y libertinaje de la sociedad española del siglo XVI. La importancia de este libro es tanta que incluso gracias a él se creó uno de los personajes arquetípicos de la literatura: la casamentera o alcahueta.
Siendo sinceros, las ventas que generen los libros no tienen que ver directamente con su calidad es una cuestión seccundaria; eso es algo que nos enseñaron grandes autores como Marcel Proust, quien tuvo que pagar a los críticos de su época para que sus libros tuvieran gran impacto.
La verdadera calidad de un texto recae sólo en los lectores que, al final de cuentas, tienen la última palabra. Así que no tengas miedo, nada está perdido... todo puede mejorar.