El empresario de 33 años dejó sus playeras grises.
Mark Zuckerberg comparece, por primera vez, ante una sesión conjunta de dos comisiones del Congreso estadounidense por las fallas de seguridad de Facebook sobre la privacidad de sus usuarios.
Para la ocasión, el empresario de 33 años dejó sus famosas playeras grises, jeans y tenis para vestir un traje azul marino con camisa blanca y corbata en tono azul claro. ¿Les suena algo? Son los colores de Facebook.
¿Qué tiene que ver la ropa en un caso tan importante en el cual está en juego la privacidad y seguridad de millones de personas alrededor del mundo?
Por banal que suene esta observación, el mensaje que está enviando Zuckerberg a través de su ropa va más allá de solo un traje.
Desde que fundó Facebook en 2004, Zuckerberg se ha vendido como un joven sencillo, sin afán de tener una "vida loca" o de millonario, y eso lo representa con su ropa. Siempre usando una playera gris con jeans y tenis. Y, de vez en cuando, una sudadera del mismo tono que sus playeras.
Su look es tan famoso que hasta él mismo publicó en su perfil de Facebook (¿dónde más?) cómo es su clóset. Y sí, lo único que se aprecia son playeras y jeans.
Pocas veces el "poderoso de las redes sociales" ha usado traje. La última vez que se le vio con uno fue este 9 de abril cuando acudió a una reunión con el senador Bill Nelson en el capitolio.
El padre de una de las redes sociales más visitadas del mundo sabe lo que está en juego: la reputación de la empresa, la seguridad de los usuarios de su plataforma, de Estados Unidos y cientos de países, como México, que este año tendrán elecciones.
Que utilice los colores de Facebook es una manera sutil de mostrar su apoyo y orgullo de su compañía.
De hecho, y de acuerdo con Life Hacker, el color azul marino manda un mensaje de poder, autoridad y dominio del tema. En cuanto al azul claro, según la ciencia de los colores, es un tono que no intimida a los presentes.
¿Cuánto dinero tiene Zuckerberg?
Hasta este abril, se estima que tiene 71 mil millones de dólares, de acuerdo con Forbes, con lo que se coloca entre los cinco hombres más ricos del mundo.
En 2015, cuando nació su hija Max, él y su esposa, Priscilla Chan anunciaron que donarían el 99% de sus acciones de Facebook.
De hecho, cuando donó 45 millones de dólares, lo repartió en instituciones que ayudan a curar enfermedades, diseñar planes de educación personalizada y conectar gente.