Tal vez muchos nos preocupemos demasiado por la caducidad de los alimentos, y más si descubrimos que llevan mucho tiempo en nuestro refri o alacena. Hoy te vengo a contar de un producto 100% natural que no tiene fecha de caducidad: vida eterna a la miel de abeja. ¡Ojo! tal vez pueda cambiar su consistencia o color, pero eso no significa que esté echada a perder.
Deja que siga siendo una inquilina en tu alacena hasta que te la termines, no importa cuánto tiempo tenga que estar ahí.
Pero, ¿cuál es la magia de todo esto? ¿por qué nunca caduca? ¿hay una brujería? Esta explicación puede ser más simple de lo que crees. Es una buena y acertada combinación de factores, los cuales voy a explicarte. Su acidez, falta de agua y la presencia de peróxido de hidrógeno, logran que la consistencia pegajosa dure para siempre.
Primero es gracias a que en su mayoría es azúcar
Los azúcares son compuestos higroscópicos, esto quiere decir que tiene muy poca agua y si se dejan sin sellar, o mal cerrados, esta agua se absorbe fácilmente. Son pocos los microorganismos que pueden sobrevivir en ambientes sin humedad ya que mueren asfixiados. Por ende, un tarro de miel, es un ambiente hostil para ellos, entonces no se quedan ahí para descomponer la miel. ¡Punto para la miel!
Hay que aclarar que su falta de humedad no se hace sola, en este proceso de hacer miel, las abejas juegan un papel importante en la eliminación de gran parte de esta humedad al batir sus alas para secar el néctar. Además del comportamiento y la composición química de su estómago, el cual tiene una enzima llamada glucosa oxidasa. Cuando las abejas regurgitan el néctar de sus bocas hacia los panales para producir miel, esta enzima se mezcla con el néctar y lo descompone en ácido glucónico y peróxido de hidrógeno, y esto logra combatir todas las cosas malas que podrían crecer.
Segundo punto a favor: acidez
Tiene un pH entre 3 a 4.5 y esto tampoco ayuda al desarrollo y a la sobrevivencia de los microorganismos.
El tercer y último punto: el consumidor.
Está muy padre que la miel por si sola haga toda una labor para no echarse a perder pero también es cierto que debemos ser muy cuidadosos; por ejemplo, si le embarras miel a tu pan y vuelves a meter el cuchillo dejando restos de tu desayuno dentro del frasco, estás arruinando el esfuerzo de nuestras amigas abejas. Tampoco lo dejes abierto o permitas que entre agua. Son cuidados muy básicos que te permitirán tener miel por mucho, mucho tiempo.
Ahora sí, ya que sabes todo esto, vuela a tu cocina y date una rica porción de miel.