La técnica del sándwich es utilizada en conversaciones en las que uno de los interlocutores tiene que dar una respuesta negativa, sin ser hostil y por el contrario, agradar al receptor del ‘no’ que estamos por emitir.
Dentro de la comunicación asertiva, es decir, en la comunicación en la que lo que dices te respeta y respeta al otro al mismo tiempo, surgen momento en los que tenemos que decir ‘no’ con tacto y de manera sutil o educada.
Cada que decimos ‘sí’ cuando en realidad no queríamos hacerlo, dañamos nuestro estado emocional. Pues, somos deshonestos con nuestros deseos, acciones o pensamientos.
Todos tenemos derecho a negarnos a lo que queramos, pero si queremos evitar dañar a quien recibe la negativa tenemos que seguir la siguiente técnica llamada ‘sándwich’
Aplicando la técnica del sándwich
Los emparedados o sándwiches cuentan con tres capas, que en esta analogía corresponden a tres fases bien diferenciadas, y todas importantes por igual para conseguir el objetivo final: decir que no de la mejor manera.
Primera capa: Pan
En el pan que conforma este sándwich tiene que ir un SÍ. Aquí debes introducir la frase de manera agradable y empática.
Por ejemplo: “Muchas gracias por la invitación, me encantaría ir con ustedes a tomar un café en la tarde”
Segunda capa: Queso y jamón
En el interior del sándwich, o sea, el jamón y el queso, debe incluir el NO. Esta parte de tu respuesta debe expresar de forma asertiva la negativa que quieres dar.
“…Pero hoy me apetece quedarme en casa y descansar”
Tercera capa: Pan
En la última corteza del sándwich tienes que volver a dar un SÍ. De manera positiva, despide la frase y cierra bien la conversación, sin dejar duda y tampoco resentimiento sobre el ‘no’ que respondiste.
“Muchísimas gracias igualmente. ¡Para la próxima vez espero poder apuntarme”