Debido a la gran cantidad de funciones y a la sensibilidad de este a los cambios, el cerebro es uno de los órganos corporales más afectados por el consumo de alcohol. Es capaz de alterar cualquier función cerebral, incluyendo el raciocinio, las emociones y el juicio.
Existen una serie de efectos del alcohol en el cerebro que todas las personas experimentan en mayor o menor medida.
1. Cambios Emocionales
El consumo de alcohol conlleva una serie de desequilibrios en la química cerebral que afectan tanto al comportamiento, como a los pensamientos, sentimientos y emociones. Estas perturbaciones en la química del cerebro favorecen la aparición de cambios emocionales como ansiedad, depresión o agresividad.
2. Lapsos de Memoria
La ingesta del alcohol puede llegar a producir pequeños deterioros en el hipocampo. Este deterioro se manifiesta a través de lapsos en la memoria, los cuales pueden presentarse solamente unas horas después de haber consumido pequeñas cantidades de alcohol.
No obstante, cuando este es ingerido en grandes cantidades, con el estómago vacío y en cortos períodos de tiempo la persona puede llegar a experimentar olvidos de intervalos de tiempo más amplios o incluso sucesos completos.
3. Pérdida de conocimiento
Los síncopes o pérdidas de la conciencia por breves períodos de tiempo son habituales en aquellas personas que beben grandes cantidades de alcohol de manera muy rápida. Esta rapidez en la ingesta hace que los niveles de alcohol en sangre aumentan vertiginosamente, provocando desfallecimientos y pérdidas de conocimiento.
4. Impulsividad
Consumir alcohol tanto en pequeñas como en grandes dosis, puede interferir en las conexiones del córtex prefrontal del cerebro. Esta zona es la encargada de mediar en la impulsividad de la persona, así como en la organización de su comportamiento.
Cuando los niveles de alcohol en sangre comienzan a aumentar la persona es susceptible de experimentar comportamientos impulsivos que seguramente nunca hubieran llevado a cabo en condiciones de sobriedad.
5. Desarrolla trastornos emocionales
El consumo excesivo de alcohol está muy relacionado con ciertas enfermedades y trastornos emocionales como la depresión o la ansiedad.
Esto es debido a que ingerir bebidas alcohólicas con asiduidad altera los niveles de serotonina del cerebro, concretamente tiende a disminuirlos. El descenso en los niveles de este neurotransmisor encargado de regular el estado de ánimo favorece la aparición de todo tipo de trastornos emocionales en la persona.