Las abuelas maternas siempre perduran en el corazón de todos aquellos con los que convivieron, porque en verdad que son puro amor, y es que contrario a la función de una madre, las abuelas no tienen por qué actuar como figura de autoridad, aunque es válido si lo hacen, pero normalmente ellas se dedican a brindar amor, y como tal son muy bien correspondidas; de manera que en el artículo de hoy hablaremos sobre la figura de amor mas puro que puede existir, la de las abuelas maternas.
¿Por qué los niños adoran a sus abuelas? sencillamente porque se entienden bastante bien, ambos pueden pasar momentos inolvidables, y es que además de pasar tiempo de calidad, se vuelven cómplices de todas aquellas travesuras de las cuales mamá o papá normalmente los castigarían, pero las abuelas no, ellas prefieren guardarles el secreto y hasta echarse la culpa ellas mismas con tal de que no sufran.
La oportunidad de volver a ser madres por así decirlo, les llena su corazón y las enamora, es decir, volver a tener la ilusión de regresar por un momento el casete y bañarlos desde que están chicos, cambiarlos, alimentarlos, limpiarles su carita cuando se ensucian y todo eso, lo disfrutan bastante.
Las abuelas disfrutan hasta de escucharlos llorar, y es que hay abuelitas que con tal de escuchar su llanto, son capaces hasta de darles una ligera palmada en sus manos para enamorarse hasta de la forma en la que lloran; sin duda son las más felices de ser testigo de todo lo que pasa en torno a los pequeños.
Convivir con las abuelas es prepararte para una ráfaga de besos, ese es el primer recibimiento que te dan, acompañado claro de un fuerte abrazo con el que desean que nunca te vayas, ¿y que te pueden negar? nada en lo absoluto, pues aunque su vista ya esté cansada, si se te ofrece un cuento para dormir, se esfuerzan por hacerlo y verte feliz, esa es su meta principal.
Conforme los nietos van creciendo, su personalidad se vuelve un poco más compleja, y es entonces cuando las abuelas tienen que presionar un poco más con la disciplina, pero increíblemente su basta experiencia les permite corregirte y guiarte por el buen camino de la manera más amena posible.
Para ellas no hay imposibles, amor les sobra, aunque las energías le faltan, pero mientras tu estés ahí presente, serás su motor más grande para seguir levantándose de su poltrona y recibirte con los brazos abiertos y una gran sonrisa dibujada en su rostro.