Desde que nacemos tenemos la necesidad de sentir protección y afecto para poder empezar a crear lazos y confianza con el ser que nos estará protegiendo.
Es precisamente esa seguridad la que le debes transmitir a tus hijos desde el primer momento y así conseguir que los niños sean maduros.
En un principio nacemos prácticamente ciegos y con sólo el instinto de sobrevivencia, que sería buscar alimento y contamos básicamente con sólo dos de los 5 sentidos, que es el olfato y el oído. El primero nos acerca y nos ayuda a reconocer a nuestra madre, el segundo es una herramienta de reconocimiento, -la cual nos acompañó durante los nueve meses de gestación– donde el sonido que más escuchamos es la voz de la madre, por lo tanto al nacer es la voz que dará calma.
Los primeros estímulos que tendrán nuestros hijos son las caricias y palabras cariñosas que nos darán esa sensación de bienestar; la falta de estos podrían causar que el pequeño tenga un atraso en el desarrollo emocional, físico y psicológico. Así que si quieres fomentar el desarrollo, quizá debas hacerlo siempre desde el amor.
Puede ser que en nuestra infancia hayamos sufrido de alguna carencia emocional por parte de nuestros padres o familiares y quizá se deba a la inmadurez de o inexperiencia al momento de criar y al no saber cubrir nuestras necesidades afectivas tendemos a crecer con algún tipo de secuela y a repetir este tipo de conductas que en el presente afectarán con nuestra maternidad o paternidad.
¿Qué es lo que debes hacer para cambiar estos patrones y fomentar el desarrollo?
Si durante la infancia el niño o niña presenta falta de cariño, es probable que se refleje una inmadurez en su desarrollo como ser social, ya que presentará dificultad para relacionarse con las personas y esto podría traer como resultado problemas en el futuro como depresión, ansiedad y problemas en relaciones personales que incluso podrían llegar a sufrir enganchamiento a personas tóxicas, pues en un principio no tuvo la tablas para sentirse seguro.
En retraso del desarrollo también podría presentarse un trastorno del lenguaje, quizá pobreza dentro del vocabulario o dificultades gramaticales al igual que dificultad para concentrarse y esto podría traer problemas en el rendimiento académico que además podría causar problemas de autoestima.
Si bien es difícil que cambiemos como crecimos en el pasado, no es tarde en cambiar nuestro presente y más cuando se trata de nuestros retoños y asegurarnos de que crezcan sanos física y emocionalmente; principalmente para conseguir que los niños sean maduros, pero siempre desde el amor.
Debemos de recordar que ya no somos aquellos niños vulnerables, que ahora sabemos cuidarnos y cuidar de nuestros niños y niñas y que educar no sólo es alimentar el intelecto sino alimenta el alma con amor y comprensión a esos pequeños seres humanos que son nuevos en este mundo.