Te enseñamos cómo almacenar correctamente las fresas en tu cocina y así se conserven frescas y en buen estado por mucho más tiempo.
Las fresas son sin duda deliciosas, además pueden ser utilizadas para preparar postres, batidos, ensaladas, aderezos y mucho más. Lo malo es que esta fruta un poco cara pero sobretodo delicada, pues se puede echar a perder muy fácilmente en las condiciones equivocadas.
Pero esto no debe ser razón para no disfrutar de unas ricas fresas en casa pues saber almacenarlas correctamente es bastante sencillo. Solo debes asegurarte de elegir las adecuadas a la hora de comprarlas y después seguir estos consejos.
Así debes almacenar tus fresas para conservarlas frescas
Todo empieza en el momento que eliges tus fresas, el cual es posiblemente el punto más importante ya que de ahí dependerá cuánto te duren, así como la calidad misma de la fruta. Al comprarlas, literalmente debes tomar las que se vean más bonitas, revisar que luzcan firmes y enteras, ya que aquellas húmedas o marchitas se encuentran a pocos días de echarse a perder.
Por otro lado, el nivel de madurez también es importante. Para saber cuáles están listas, solo debes guiarte por su tonalidad; las más rojas son las más dulces, pero siempre y cuando estén brillosas y firmes al tacto, nunca aguadas ni en tonalidades muy oscuras.
También es recomendable escoger las fresas más grandes, pues estás suelen ser de mejor calidad y no olvides que si las adquieres en el supermercado, no debes romper con la cadena de refrigeración, así que al llegar a casa mételas al refri.
Solo recuerda que antes de almacenarlas en el refrigerador o congelador, debes lavarlas y desinfectarlas perfectamente, y secarlas muy bien con ayuda de una toalla de papel absorbente. Aquí te decimos cómo hacerlo correctamente para evitar cisticercosis.
Una vez secas, solo coloca tus fresas dentro de un recipiente seco de vidrio o plástico con tapa y sobre un trozo de papel absorbente o servitoalla seco al fondo; así puedes mantenerlas en refrigeración y te pueden llegar a durarte hasta una semana.
Aunque si prefieres congelarlas, puedes introducirlas ya lavadas, desinfectadas y completamente secas en bolsas resellables pero sin el papel absorbente; haz tantas bolsitas necesites, solo corrobora que no estén apretadas, de lo contrario, podrían maltratarse.