Aunque la maternidad es un sueño para muchas mujeres, también es una especie de inquisición en la que se sienten que deben cumplir todo el tiempo con un rol que debe ser perfecto y sin fallas en ningún momento. Sin embargo, es importante aprender a dejar ir el sentimiento de culpa para ser una mamá feliz.
Muchas veces las cabezas de familia no se sienten a gusto con la manera en la que llevan su propia crianza, ¿la razón? Hay demasiadas opiniones al exterior que las hacen cuestionarse y al mismo tiempo no las dejan ser una madre plena y en paz con sus decisiones.
Desde pequeños detalles como si le das o no demasiados dulces a tus pequeños, si pasas demasiado tiempo o no con tu bebé, si le permites experimentar o no con su entorno, si abandonaste o te sigues enfocando en tu carrera son preguntas que muchas veces a atormentan a las mujeres que se convierten en madres.
Sin embargo, es importante recapacitar al respecto de la importancia de ser una mamá feliz y plena, sin ataduras ni complejos para poder ejercer una maternidad mucho más sana a nivel individual, sin preocuparse demasiado por lo que otros digan al respecto.
¿Qué debes hacer para ser una madre plena y alcanzar la felicidad?
Lo primero que debes hacer de una vez por todas es cuestionarte constantemente al respecto de lo que haces o las decisiones que tomas; no te compares con la experiencia de otras mamás porque finalmente cada una vive a su manera y bajo sus propias condiciones.
Pregúntate a ti misma por qué no puedes ser una madre plena, toma en cuenta si esa culpa viene de un factor externo, cuestiónate si acaso puedes trabajar o mejorar al respecto, también pregúntate si en tal caso la culpa te sirve para emprender una acción.
En el caso de que hayas localizado factores concretos y realizables de algo que te disgusta dentro de tu maternidad, quizá es momento de cambiarlo. El pasar a la acción ayudará a que te sientas en control de esas emociones poco adecuadas, ser una mamá feliz también consiste en tomar las riendas y trazar tu propio camino.
Para ser una madre plena también es importante que permitas a tu hijo aprender y a ser autónomo, no debes tomar el papel de salvadora o redentora, tu papel es acompañarle, guiarle, enseñarle, pero jamás en tus hombros debe quedar el hecho de hacerlo feliz.
Y de una vez por todas, suelta esa sensación de que debes cumplir con “algo” para ser realmente feliz; cambia el filtro con el que te juzgas y aprende a amarte tal y como eres.