A muchas personas nos encanta ver películas de terror ya sea en el cine o nuestra casa a pesar de que nos hagan sufrir un poquito pero, ¿por qué ocurre esto? ¿Qué es lo que nos genera que hace que nos guste tanto si a su vez nos provoca un sentimiento negativo?Según explica la ciencia y en específico la psicología, este gusto esta aunado a nuestra personalidad.
Posesiones demoniacas, brutales asesinatos, torturas, payasos, zombies, payasos zombies, entre cientos de distintos elementos y temáticas caracterizan a las películas de terror, donde las historias son oscuras y frecuentemente terribles, retorcidas y tenebrosamente entretenidas.
Y si son tan terribles entonces, ¿por qué las vemos? Existen muchas razones por las que podemos decidir ver este tipo de películas o series, aunque en el aspecto más “primitivo” los psicólogos afirman que las vemos porque queremos entender nuestros temores y los miedos de la población en su conjunto.
“El género de terror se dirige a nuestros miedos arquetípicos. Se puede ver en toda la historia cómo cada generación ha definido el ‘ terror’ a su manera y se convierte en gran medida en la idea de que es algo fuera de nuestro entendimiento que nos amenaza”, explica Paul J. Patterson de la Universidad Estatal de San José en Estados Unidos.
Por otra parte, la pasión o el gusto como tal por ver cine de terror puede ir más allá del conocimiento de nuestros miedos y más bien tiene que ver con buscar algo más parecido a un estímulo y una respuesta que sabemos va a ser segura.
Esto estaría estrechamente relacionado con la personalidad de cada quien, la cual influiría directamente en el gusto por ver películas de terror, pues así como estamos los y las que nos divertimos a pesar de lo malo, con estos contenidos, hay quienes simplemente no los toleran y los rechazan sin dudarlo.
De manera más precisa, algunos estudios, como el publicado por el profesor de psicología de la Universidad de Delaware Marvin Zuckerman, apuntan a una búsqueda de sensaciones según la personalidad. Así, aquellas personas que buscan mayores niveles de excitación tienden a escoger y disfrutar de este tipo de películas y series porque necesitan vivir experiencias intensas.
Lo mismo ocurriría por ejemplo, con los que disfrutan de actividades como el paracaidismo o el salto bungee. Son de igual forma “pruebas autoimpuestas” que exaltan nuestros sentidos y nos provocan un miedo que de algún modo se disfruta.
Además, esta sensación de excitación puede persistir durante algún tiempo después de ver una película de terror, lo que Glenn Sparks de la Universidad de Purdue llama “proceso de transferencia de excitación”. En estos casos, sucede que la culminación de los procesos fisiológicos como la presión arterial elevada, respiración agitada los latidos cardíacos rápidos, etcétera, persisten después de ver la película y que de algún modo, subconscientemente si quieren, también se disfruta.
Entonces, ¿estamos locos o solo nos gustan las emociones fuertes?