Es un hecho, cuando eres padre no quieres que absolutamente nada le pase a tus pequeños, especialmente porque sabes que son tu responsabilidad y porque son ese ser de luz que ilumina tus días, incluso los más complicados. Pero… ¿qué sucede cuando algunos padres no admiten que sus hijos ya crecieron?
Existen algunas parejas quienes aunque disfrutaron mucho de la maternidad y paternidad no pueden esperar a que sus hijos crezcan y se conviertan en personas independientes que puedan resolver muchas cosas por ellos mismos para de nuevo disfrutar de esa “vida de novios”.
Pero también hay otras madres y padres a quienes les resulta sumamente complicado aceptar que sus hijos ya no son niños y a pesar de ello los siguen tratando como si no fueran adultos independientes o jóvenes que buscan un poco de independencia.
Pueden tener 16, 19 o 31 años, algunos padres no admiten que sus hijos ya crecieron y esto puede representar un problema muy importante en la dinámica familiar, así como en la manera en la que todos los integrantes se relacionan entre sí.
En este caso, no solo de trata de esos papás o mamás que se dirigen a sus hijos con apelativos cariñosos o diminutivos infantiles; son padres que consideran que sus hijos siguen siendo esos niños dependientes que requieren de toda su atención e incluso ante los demás se siguen refiriendo a ellos como “niños” -incluso aunque sean ya universitarios-.
Tus hijos ya crecieron, déjalos abandonar el nido
Estos papás impiden a sus hijos tomar decisiones, no les permiten tener relaciones afectivas o las juzgan de manera constante; les critican cada decisión que toman, no los permiten tener sus propias metas personales e incluso los manipulan para no abandonar el hogar familiar.
Los adultos que actúan de esta forma con sus hijos, son aquellos que en algún punto vieron en sus pequeños una válvula de escape para alejarse del dolor o de las frustraciones que experimentaron.
Cuando los papás no aceptan que ahora tienen hijos adultos e independientes seguirán buscando vías para reclamarlos para ellos, conseguir sus medios, suplicarán por la inocencia de antes y buscarán que sean tan manejables como en la infancia.
“¿Cómo aceptar que mi hijo ya creció?” puede ser una pregunta que muchas madres y padres se hacen; pero es importante tomarlo en cuenta puesto que en caso de no atacar el problema de raíz la persona se convierte en una manipuladora emocional e incluso hace que sus hijos tengan sentimientos de culpa por todo lo que emprenden.