La presencia de la flor de cempasúchil es la señal de que el Día de Muertos está muy cerca, podemos encontrar estas plantas en los viveros, en los mercados y hasta en las tiendas de autoservicio, son muy hermosas y coloridas, usadas para la decoración en esta temporada y en los altares, pero ¿Qué significa tener flores de Cempasúchil en casa y cuál es su origen? Hoy te lo revelaremos.
La tradición de usar cempasúchil es muy antigua, aunque hay otras flores que también se utilizan en estas fechas, sin duda esta bella flor naranja y aromática es la más popular. Desde hace cientos de años esta planta ha sido empleada en ceremonias y sin importar el paso del tiempo, el cempasúchil sigue estando presente en nuestros altares.
Origen de la flor de cempasúchil
Su nombre proviene del náhuatl “Cempohualxochitl”, “cempohual” que significa 20 o muchos y “xochitl” que es flor, así que su traducción sería “flor de 20”.
Esta planta crece exclusivamente en el continente americano, entre México, Centroamérica y Sudamérica, además hay cerca de 58 especies, aunque muy pocas se utilizan para el Día de Muertos. Las diferencias entre especies van desde la cantidad de flores, el tamaño, el color y hasta las hojas.
Aunque es una planta nativa de México, China es el principal productor para su uso industrial, tomando unas tres cuartas partes de lo sembrado en el mundo, según reveló la UNAM en 2019.
Del cempasúchil se extraen aceites para fabricar agroquímicos para combatir insectos y en industria avícola para lograr que la carne del pollo y la yema de los huevos sean más amarillos.
También se utiliza como planta medicinal contra los problemas estomacales o aliviar las vías respiratorias.
¿Qué significa tener flores de Cempasúchil en casa?
También se le conoce como flor de difunto, flor de niño, cempoal o flor de muerto, y en las tradiciones prehispánicas esta flor representaba el sol y por ello se utilizaba para crear senderos e iluminar el camino de sus seres quedos hacia el altar.
Esta planta era tan importante en la época prehispánica que incluso había leyendas sobre ella, una de las más famosas es la de los jóvenes Xóchitl y Huitziluin, quienes se amaban profundamente desde niños, por las tardes subían a la montaña dedicada a Tonatiuh, el dios azteca del sol, y le ofrendaban flores.
Sin embargo, un día se desató la guerra y Huitzilin fue a pelear para defender las tierras aztecas y murió. Destrozada de dolor, Xóchitl le pidió a Tonatiuh que la librara de su sufrimiento y la reuniera con su amado.
El dios accedió y dejó caer sus rayos sobre la joven y ella se transformó en una flor de color amarillo intenso; después un colibrí se posó en el centro de la flor y esta abrió sus 20 pétalos liberando un intenso aroma. Así, mientras haya colibríes y flores de cempasúchil en los campos mexicanos, el amor de la pareja permanecerá intacto.
Además de representar el sol, las flores de cempasúchil tienen un peculiar aroma que, según la tradición, guía a los difuntos hasta el altar. Aunque muchos definen el olor de esta planta como a “panteón”, resulta un olor agradable lleno de significado y espiritualidad.