¿Recuerdas esas ocasiones en las que te encontrabas como atrapado haciendo una tarea y tu mamá solo te regañaba a diestra y siniestra? ¡No cometas ese mismo error! Presionar a tu hijo parece una muy buena alternativa, hasta que te enteras de las consecuencias.
Aunque existe la falsa concepción de que cuando ejerces demasiada presión con tus hijos los harás más disciplinados y responsables, la realidad es que podrías dañarlos para siempre con este tipo de actitudes.
Gritarles, intimidarlos, exigirles en todo momento la excelencia puede generar en los pequeños esa sensación de que nunca son suficientes, hecho que impactará en su autoestima de manera importante.
Por ello, ahora los psicólogos explican el por qué debes dejar de exigir tanto cuando los pequeños apenas están en una etapa en la que el aprendizaje forma parte importante de su vida y tienen qué asumir, aprehender y comprender más cosas sobre su entorno.
Los expertos indican que ejercer presión en los niños no funciona dado que casa uno va a su propio ritmo y atraviesan procesos emocionales muy diferentes el uno del otro.
Consecuencias negativas de presionar a tu hijo
- Tendrán problemas para enfocarse: Para los niños es muy importante guiarlos a comprender las prioridades, el sentirse demasiado presionado lo hará llegar a un estado de inseguridad y de aplazar lo que está haciendo porque sus emociones lo rebasan
- No aprende conforme a su edad: Todos los pequeños atraviesan diferentes etapas y procesos, esto quiere decir que no le puedes pedir que corra cuando apenas gatea. ¿En concreto? No le exijas que aprenda una gran serie de número si apenas balbucea
- Estrés infantil: Sí, aunque no lo creas el introyectar en los pequeños el pensamiento de inmediatez los hará asumir que todo es caos y vivirán estresados. Es mejor ir paso a paso y cumpliendo metas sencillas.
- Evitas que se independice: Cuando presiona a tu hijo, lo más factible es que quieras resolver todo en el momento para acelerar las cosas, por lo que evitas que tu pequeño aprenda por sí mismo
- Te sumerges en un estado constante de vivir con prisa: Al ejercer presión en los niños hará que su temperamento se vuelva frágil e incluso puede llevarlos a tener más sentimientos negativos
Ahora que ya conoces las consecuencias de presionar a tu hijo, toma en cuenta estos consejos y ponlos en práctica. ¡No le hagas a tu pequeño vivir con una carga a cuestas!