Los amantes de los postres solemos tener algo en común: Nuestro amor por la leche condensada. Este delicioso ingrediente se encuentra entre los recetarios de los mejores reposteros y hasta de nuestras mamás; sin embargo, al tener un alto contenido calórico y de azúcar, puede resultar perjudicial para la salud de algunas personas. Por ello, aquí te contamos cómo preparar leche condensada casera sin azúcar.
La leche condensada tiene su origen en 1852, cuando Gali Borden Jr notó que la leche de vaca estaba ocasionando intoxicación en muchas personas por las bacterias que terminaban en ella a causa del proceso de ordeña que utilizaban entonces.
Borden inició sus investigaciones experimentando con leche y una cápsula de evaporación pero falló un par de veces antes de encontrar un nuevo tipo de leche que no necesitaba ser refrigerada y que duraba suficiente tiempo sin descomponerse. Fue así como surgió la primera leche condensada.
Ingredientes:
1 taza de leche entera o deslactosada
1 taza de leche en polvo
1 taza de edulcorante (puede ser splenda, stevia, monkfruit, etc)
Cómo hacer leche deslactosada casera sin azúcar
- Vierte en la licuadora los tres ingredientes y mezcla muy bien.
- Cuando obtengas una mezcla bien integrada, viértela en una olla y deja cocinar a fuego bajo mientras vas moviendo con una palita.
- No dejes que la leche se pegue, sigue moviendo.
- Cocina de esta manera durante 15 minutos o hasta que la mezcla de leches esté espesa y de un tono ligeramente beige o amarillo pálido (que es el color tradicional de la leche condensada).
- Cuando esto ocurra, apaga el fuego y vierte en un frasco o recipiente, deja enfriar y listo, ya tienes tu leche condensada casera sin azúcar, pero eso sí, consúmela con medida pues aunque tenga edulcorantes, el exceso también podría ocasionarte problemas.
Cuéntanos qué te pareció esta receta, si lograste hacerla correctamente y qué otras cosas te gustaría aprender a preparar en casa.