¿Te has dado cuenta del gran impacto que como padre y madre tienes en tus hijos? Quizá es momento de que comiences a considerar cómo ciertas actitudes pueden impactar directamente en tus pequeños. Por ejemplo, ¿sabías que los niños con ira son resultado de madres que pierden la paciencia?
Sí, así como lo lees. Aunque muchas veces preferimos buscar en el exterior factores que pueden causar en los niños ciertas actitudes, la realidad es que a veces son nuestras mismas acciones las que fomentan diferentes rasgos en la personalidad de los más pequeños.
Y es que hay que recordar que los niños son como esponjas, así que todo lo que ven a su alrededor lo hacen parte de sus actividades diarias; así que si en casa ven que fácilmente explotas ante ciertos escenarios, quizá ellos comiencen a actuar de esa misma manera.
Antes de que los critiques o juzgues sus acciones, te recomendamos que evalúes cómo es tu comportamiento con ellos en casos de estrés o tensión: ¿sueles sobreactuar, gritar y desesperarte? Probablemente ellos estén aprendiendo esto de ti.
Ante este tipo de situaciones de tener niños con ira, es muy recomendable comenzar a trabajar con la crianza respetuosa para que en casa se conviva con armonía, lejos de la violencia o las actitudes nocivas.
Por otra parte, los especialistas en psicología infantil indican que el enojo tiene mucho qué ver con la forma en la que los pequeños aprenden a poner límites. Este tipo de situaciones les hacen aprender a reaccionar, conocerse y entender mejor el mundo que les rodea.
Así es como la crianza respetuosa y positiva puede ayudar a los niños con ira
Es por medio de la inteligencia emocional que debemos fomentar las actitudes de los niños para que puedan resolver mejor ciertos conflictos o problemas que se presentan en su día a día.
Para ayudar a los niños a desarrollar estas habilidades emocionales es necesario que una madre aprenda a calmarse y a trabajar con la ira de manera constructiva, así no se repetirá el patrón.
Los niños irascibles necesitan de una madre que les apoye en todo momento, especialmente en medio de la tensión; un trabajo de contención ayuda a resolver mejor las emociones consideradas como “negativas”.
Ofrecer un abrazo, estar abierta a escuchar sin juzgar, hablar en voz modulada y baja, así como no mostrar signos de molestia pueden ayudar a que las emociones no se desborden y esté siempre presente la crianza respetuosa.