En casa hay toda clase de utensilios hechos a base de diversos materiales que requieren de cuidados específicos para garantizar su buen funcionamiento; por ello, dentro de los consejos de limpieza del hogar ahora te diremos cómo pulir tu fregadero de acero inoxidable rayado.
Para abrillantar un fregadero solo necesitas tomar en cuenta algunas recomendaciones que te ayudarán a ver como nuevo este material que aunque es muy resistente, también puede comenzar a presentar rasguños que lo hacen ver poco estético.
En alguna ocasión te recomendamos que con frecuencia le dieras una buena sesión de limpieza y desinfección a este sitio, especialmente porque con el paso del tiempo pierde su brillo, comienza a aparecer la famosa “agua dura” e incluso acumula algunas bacterias.
Es recomendable que cada que lo utilices atomices un poco de mezcla de agua con vinagre de limpieza sobre la superficie, esto no solo abrillantará, también terminará con todos los residuos nocivos que se pudieron haber quedado en el fregadero.
Sin embargo, en el caso de los rayones, te enseñaremos otro método para pulir tu fregadero de acero inoxidable y dejarlo impecable, e incluso con un aspecto como “recién salido de la tienda”.
Es momento de pulir tu fregadero de acero inoxidable con este consejo
Aunque parece imposible de deshacerte de este incómodo rayón, solo debes elegir el tratamiento adecuado, principalmente porque estas marcas suelen ser más superficiales.
En el caso de los rayones, vas a remojar una microfibra de aceite vegetal y posteriormente pasarás esta tela sobre la superficie afectada por esa marca. En el caso de que sea un problema más importante, se sugiere que optes por lijar.
Una alternativa más es hacer cenizas de papel y mezclarlas con aceite hasta formar una pasta, posteriormente, con ayuda de una brocha pequeña colocarás la mezcla sobre los tallones y dejarás actuar por al menos diez minutos. Después, con un algodón removerás y notarás cómo el rayón se difuminó.
Otra alternativa es la de colocar pasta de dientes blanqueadora, con ayuda de un cepillo de dientes viejo aplicarás la pasta sobre las marcas y después limpiarás con un trapo húmedo para retirar el exceso. Repetirás el proceso hasta que los rayones dejen de ser visibles.