Los arándanos son un ingrediente clave de los platillos navideños y, a veces, saben mucho mejor cuando están deshidratados. Por eso te enseñamos cómo deshidratar arándanos en casa.
Estas pequeñas bayas de color azul o rojo y de sabor dulce con un toque acidito, son mucho más que un alimento delicioso. Su consumo frecuente puede revitalizar la memoria y ralentizar el deterioro cognitivo.
Además, también ayuda a levantar el ánimo. Es un alimento rico en flavonoides, un grupo diverso de fitonutrientes que mejora la función cerebral de los adultos. Es una forma sencillo de mejorar nuestra salud mental.
¿Cómo deshidratar arándanos?
- Cultivar arándanos en maceta y en casa es posible, aunque la planta se tomará su tiempo para florecer, será una buena cosecha. Después, solo hay que deshidratar los frutos en el horno y este es el paso a paso:
- Primero, vierte 2 litros de agua en una cacerola grande y hierve el agua. Mientras tanto, lava los arándanos con agua fría y luego escúrrelos en un colador. Retira la cacerola del fuego, deja enfriar un poco y coloca los arándanos hasta que se haya rasgado la cáscara.
- Ahora, escurre en un colador y enciende el horno a 90 ºC. Recubre una bandeja con una servitoalla, coloca los arándanos y cúbrelos con otra servitoalla. A continuación, prepara otra bandeja (apta para el horno) con una servitoalla y papel vegetal. Coloca ahí los arándanos.
- Baja la temperatura a 65 ºC, coloca los arándanos en el horno y espera entre 6 y 8 horas a que se deshidraten. Si no los quieres muy crocantes, 6 horas serán más que suficiente. Ve rotando la bandeja cada 2 horas.
- Pasado ese tiempo, sácalos del horno, déjalos enfriar y almacénalos, en un recipiente hermético, en el refrigerador. Ahora sí, a cocinar postres o esparcirlos sobre una nutritiva ensalada.
Son muchas las recetas que saben mejor con una buena cantidad de arándanos deshidratados, compruébalo.