Las relaciones de pareja puede ser sumamente complejas, sobre todo cuando descubres que esa persona y tú tienen proyectos de vida que parecen incompatibles. Si tu pregunta es “qué hacer si me quiero casar, pero mi pareja no”, esto es para ti.
Amar no es difícil, pero interactuar con otro humano y sus complejidades sí. Para conciliar hace falta espacio individual, crecimiento personal, comunicación asertiva y una buena dosis de paciencia y empatía.
Hay cosas que deberías discutir con tu pareja apenas se formalice su relación. Sus sueños, obligaciones familiares y habilidades financieras ahora son cosa de dos, hay que hablar también sobre su deseo de casarse, tener hijos y, por supuesto, la división de tareas.
¿Qué hacer si me quiero casar, pero mi pareja no?
Si tienes una relación saludable, pero resulta que tu pareja no quiere tener hijos (y tú sí), puede que tiendas a aferrarte a ese amor. Sin embargo, tarde o temprano los proyectos futuros podrían terminar por separarlos.
Así que si tu novio o novia no cree en el matrimonio, tendrás que tomar las riendas de la situación:
No es una decisión negociable. O, por lo menos, no. tendría que serlo. Hay poca o ninguna posibilidad de que puedas influir en la opinión de tu pareja y tampoco tendrías por qué dejar de lado tus sueños.
Habla del tema. Hazle saber qué es lo que quieres, tus planes y expectativas. Escucha a tu pareja y sus planes. Respeta su opinión y pensamiento, nadie está mal.
Evitar darle un ultimátum. Lo único que vas a lograr es que se ponga a la defensiva y se vaya de inmediato. De ninguna manera debes suplicar ni chantajear a nadie para que acceda a estar casarse contigo.
¿Y si no hay acuerdo? Si ya expusiste tu visión del matrimonio y la suya es completamente diferente, tendrás que tomar una decisión. Si sus valores difieren, no vale la pena continuar con la relación.
Perder a una pareja es duro, pero perderse a uno mismo es mucho peor.