Ser padre no es una labor sencilla, especialmente cuando te tienes que enfrentar a retos complicados o situaciones delicadas como la temida pataleta. Por ello, ahora plantearemos un escenario según los psicólogos infantiles: ¿Manejas los berrinches o reprimes sus emociones? Te explicaremos, cómo dañas a tu hijo cuando le impides llorar.
Una situación muy común en los niños pequeños e incluso en los bebés es reaccionar con un “cállate”, esto porque los padres pocas veces desean lidiar con esa sensación de tener que ejercer el control o aprender cómo dominar ciertos momentos ríspidos con los menores.
Sin embargo, de acuerdo con los expertos, la forma en como manejas los berrinches de tus hijos puede determinar gran parte de su desarrollo, especialmente cuando se trata de emociones relacionadas con el enojo, el miedo o la tristeza.
No cometas el mismo error una y otra vez, especialmente porque cuando de por medio hay emociones nuevas en tus pequeños, ya que esto les ayuda a comprender el mundo de una mejor manera.
Reaprendiendo como padres: ¿Cómo manejas los berrinches de tus pequeños?
De acuerdo con el medio especializado Guía Infantil, el reprimir las emociones de tus pequeños, especialmente en medio de rabietas o cuando tienen algún tipo de temor, les puede generar efectos a largo plazo.
Y es que seguramente, como adultos, te has encontrado en medio de situaciones tensas o complicadas en las que el estrés te hace querer llorar, pero lo único que sientes es un vacío en el estómago que no te deja avanzar. Sí, este también es un efecto de que en la infancia no te permitieron demostrar tus emociones.
¿Cómo afecta el reprimir?
En muchos casos, los niños pueden sentirse mal con respecto a lo que sienten, al ser callados cuando hablan sobre lo que experimentan, consideran que es mejor dejar de comunicar o transmitir lo que sienten o piensan.
Otro problema que surge en los niños es que manifiestan el malestar a través de dolencias físicas como el dolor de cabeza o de estómago. Solo de esta forma son capaces de transmitir su enojo después de ser “censurador”.
Cuando a los pequeños se les calla o controla de forma tan repetitiva, pueden transformar esa sensación en ansiedad que a su vez se refleja en: morderse las uñas, chupar objetos, rascarse, etc. Por último, también pueden tener baja autoestima.
¿Qué debes hacer en este caso?
- Modela con el ejemplo, tú debes ser también capaz de demostrar las emociones y aceptarlas como positivas
- Escúchales con atención y no los juzgues
- Ayúdalos a identificar lo que sienten
- Habla de las emociones por medio de las películas o los libros
- Ayúdales a resolver situaciones de estrés
- Maneja su enojo y mantén la calma