Aunque guardemos limpias nuestras frazadas, mantas, edredones y colchas, pueden tener un olor muy extraño como a viejo o humedad cuando las sacamos de su almacenamiento, lo cual, además de ser desagradable y hasta vergonzoso si se la pensábamos prestar a alguna visita en nuestro hogar, también nos puede provocar alergias, es por eso que hoy te daremos trucos caseros para que tus cobijas huelan bien, aunque estén guardadas.
Con el cambio de temporadas vamos necesitando diferente tipo de cobijas, mientras que en el verano disfrutamos de unas frescas sábanas de algodón, en invierno podemos usar unas mucho más gruesas y suavecitas, igual pasa con todas las demás, sin embargo, no importa si antes de meterlas al clóset las lavaste, las fibras pueden absorber olores muy desagradables y, cuando las sacamos porque necesitamos cambiarlas, parece que llevan siglos en el encierro.
Hay algunos trucos para que no solo no huelan mal, sino que tengan un delicioso aroma luego de algunos meses en su encierro, son muy fáciles, económicos e incluso puedes combinarlos.
Trucos caseros para que tus cobijas huelan bien, aunque estén guardadas
Lavanda
Si tienes un pedacito de tela de algodón puedes hacer una bolsita rellena de flor de lavanda y colocar estas bolsitas en medio de las cobijas. Puedes solo hacer el cuadro de tela, meter ahí la lavanda y juntar todos sus extremos con un listoncito, no solo dará un rico aroma, también lucirá muy bonito.
Hojas de secadora
Seguramente conoces las hojas de suavizante para la secadora, pues solo necesitas meter algunas de esas hojitas entre los pliegues de las cobijas para que se mantengan frescas y con un agradable aroma.
Bicarbonato de sodio
En un frasco de vidrio con tapa vierte bicarbonato de sodio, puedes agregar unas ramitas de canela, unos clavos de olor o gotas de aceite esencial de tu preferencia. Hazle unos hoyitos a la tapa del bote y mételo en el clóset donde tienes guardadas las cobijas, cámbialo cada 3 o 4 meses.
Jabón
En papel de seda o tela, envuelve una o dos barras de jabón perfumado y guarda esas bolsitas en el clóset o entre los pliegues de las cobijas.
Agua de lino
Este consejo es un poco más candado porque debes hacerlo semanalmente, debes rociar las cobijas con agua de lino o una mezcla de agua con un poco de suavizante para telas, recuerda no humedecer demasiado o la humedad manchará y dejará un mal olor en tus cobijas.
Ventilación
Ya sea que las puertas del clóset de blancos tengan persianas que permitan el flujo del aire o que abras las puertas un rato todas las semanas, la ventilación es vital no solo para que no apeste la ropa, también para evitar que se dañe con el paso del tiempo y se metan los bichos.