Los que son padres saben lo complicado que es tranquilizar a un niño cuando está montando un escándalo. Muchas veces no se sabe que desean o simplemente no entendemos cuál es la razón de su enfado. Por lo general, calmas a tus hijos con el celular o la tablet para zanjar el asunto, pero ¿te has puesto a pensar si esta es la mejor forma de resolver el problema?
Es un hecho que a los niños les gusta la tecnología. Los estímulos novedosos, coloridos y musicales de los juegos los hacen muy atractivos para los más pequeños. Por ello, cada vez que tienen una rabieta, es tentador darles el celular. Es sencillo y se callan al instante.
No obstante, un estudio reciente de la Universidad de Oxford demostró que el uso de las pantallas para calmar a un niño tiene efectos negativos en el desarrollo de su personalidad, pues este hábito podría limitar su propio aprendizaje para calmarse solos.
Los investigadores preguntaron a los padres de 575 niños de entre ocho meses y tres años cuánto tiempo pasaron frente a las pantallas durante el confinamiento por la pandemia en 2020.
A partir de sus respuestas, descubrieron que cuanto más tiempo les permitían interactuar con aparatos digitales, peor era el manejo que los niños tenían sobre sus emociones.
Además, los expertos de Oxford hicieron otro hallazgo desalentador, pues descubrieron que el tiempo que pasan los niños frente a las pantallas también tiene un impacto negativo en las habilidades de pensamiento.
Estas habilidades, que incluían la capacidad de perseverar con tareas difíciles sin distraerse, eran más fuertes cuando realizaban alguna actividad “enriquecedora” con sus padres, a diferencia de aquellos momentos en que no soltaban el celular.
Cuando calmas a tus hijos con el celular, les das un mensaje confuso
Este estudio se complementa con los resultados encontrados por la Universidad Brigham Young en Utah en 2021, cuando realizaron un experimento similar con menores de entre dos y tres años.
Los investigadores comprobaron que, aunque parezca inofensivo dejar que un niño pequeño juegue con un teléfono o una tableta, a la larga, esto casi siempre empeora sus reacciones cuando los padres decidan quitárselos.
De igual forma, la académica de la Universidad de Boston, Jenny Radesky, quien publicó un análisis al respecto en la revista JAMA Pediatrics, lanzó una advertencia a los padres que acostumbran este terrible hábito:
“El abuso de estos dispositivos durante la infancia podrían interferir con su desarrollo de la empatía, sus habilidades sociales y de resolver los problemas, que generalmente se obtienen de la exploración, los juegos no estructurados y la interacción con amigos”, indican los expertos.
Así que tómense el tiempo para hablar con sus hijos y educarlos emocionalmente. En serio, sus adultos del mañana lo agradecerán.