La salud emocional toma cada vez más relevancia en la sociedad, se ha normalizado el tomar terapia individual o grupal, y realizar actividades que nos ayudan a encontrar la calma como la meditación y el ejercicio en general pese a todo el estrés que puede generar la vida familiar, profesional o escolar.
Sin embargo, hay otras maneras de proteger y fomentar nuestro bienestar y, lo mejor de todo, es que no depende de nadie más que de nosotros: aprender a establecer límites. Parece sencillo, pero no lo es, sobre todo, porque al intentar mantener nuestras relaciones con los otros a salvo, nos olvidamos de nosotros mismos y vamos por la vida omitiendo o reprimiendo lo que nos afecta.
Establecer límites debe ser un estilo de vida cuyo objetivo principal es mantener relaciones saludables, en especial, con nosotros mismos. Todo radica en aprender a decir lo que sí o no queremos en nuestro día a día, sin temor a la reacción de los demás. A continuación se enlistan algunas de las formas en que podrías hacerlo.
Sé directo
Hay ocasiones en que las personas con las que nos relacionamos pueden estar molestas, estresadas o incómodas por alguna situación; sin embargo, eso no les da ningún derecho a tratarnos mal. Los comentarios hirientes, conductas agresivas, gritos o amenazas no pueden normalizarse. Es importante dejar claro lo que no estamos dispuestos a tolerar.
No debemos tener miedo a decir cosas como "Que estés molesto, no significa que puedas hablarme así", "No me agrada la manera en que me hablas" o "Ten cuidado con tu manera de dirigirte a mí". Una vez que decides hacerlo, las siguientes veces serán más sencillas y no tendrás miedo al rechazo por expresar lo que no te gusta o daña.
Nunca es tarde para cambiar
Es probable que si llegaste a este punto te hayas preguntado: ¿qué pasa si antes he permitido que me hablen o traten mal?; sin embargo, esto no debe ser un impedimento. Identificar que has permitido comentarios o conductas nocivas en el pasado, es el primer paso para cambiar.
"Esto pude haberlo permitido antes, pero no más", "te prohíbo terminantemente que me trates de esa manera", "No toleraré una ofensa más". Ser directo y franco puede costarte trabajo al principio, pero una vez que inicias el camino del autorrespeto, todo toma sentido.
Escucha lo que tengan por decirte
Aprender a poner límites también implica saber escuchar y ser empático para saber qué decisión o postura tomar en determinadas situaciones. El diálogo es clave en el entendimiento con los otros y en el establecimiento de relaciones saludables.Es importante darle un lugar a tus opiniones, pero también a las de los demás.
Así que para esas ocasiones en que es importante escuchar y ser escuchado, podrías considerar las siguientes frases: "Escuché lo que tenías por decir, me gustaría que fuera recíproco" o "tu opinión es muy válida, la mía también aunque no sea igual a la tuya", "Aunque no estoy de acuerdo, respeto tu forma de pensar, y espero lo mismo".
A la hora de poner límites es importante ser firmes, ya que de lo contrario podemos ser presas del chantaje y caer en dinámicas tóxicas en las que toleramos cosas que no nos gustan o decimos "sí", cuando en el fondo queríamos decir "no".