La crianza de los niños es una de las tareas más difíciles y satisfactorias del mundo y una que siempre termina recayendo en las madres, cuando en realidad se trata de un trabajo compartido en el que los padres también deben involucrarse. Ha costado mucho tiempo para que esta idea finalmente se pusiera en práctica y se ha logrado gracias a un concepto que cada vez es más popular: la mapaternidad: el método empático y amoroso para criar a tus hijos.
La mapaternidad se trata de un estilo de crianza que si lo pensamos bien, siempre debió haber existido. Esta plantea que los cuidados de los hijos son responsabilidad tanto de la madre como del padre y los dos asumen ese trabajo en equipo, sin cargas inequitativas y sin que estén regidos por aquellos roles de crianza que le han asignado al hombre y a la mujer.
De este modo las obligaciones de la madre no son solo responsabilidad de su género, mientras que las del padre tampoco lo son del suyo y, por lo tanto ambos realizan las mismas funciones sin distinción.
Rompiendo los estereotipos, la mapaternidad busca una nueva crianza
La mapaternidad rompe estereotipos en este sentido, pues el padre deja de ser visto como el único proveedor del hogar, mientras que las madres dejan de pensarse como las cuidadoras exclusivas, quienes además no deben descuidar la limpieza y el orden de la casa.
Por ejemplo, si la mamá tiene una junta por videollamada o debe ir a trabajar, es el papá quien atenderá al bebé durante ese tiempo. El papá también puede hacer las labores de la casa, mientras la mamá atiende a los hijos. La idea es que ambos se apoyen para que puedan disfrutar mucho más la crianza de los niños e incluso reducir sus niveles de estrés y cansancio.
Con este tipo de crianza los roles desaparecen y las cargas de trabajo se distribuyen entre ambos, de manera que todo esté equilibrado: tanto el trabajo como su vida personal.
Existen algunas claves para que las parejas puedan aplicar la mapaternidad en sus vidas:
- Tener una buena comunicación con tu pareja.
- Establezcan horarios y repartan las tareas equitativamente.
- Planifiquen y organicen las tareas de acuerdo a sus actividades.
- Entreguen espacios cuando sea necesario y pidan ayuda cuando lo necesiten.
- Armen un calendario con prioridades y eventos importantes.
- Asuman que la crianza es mutua y la responsabilidad es de ambos.