El queso es uno de los alimentos favoritos en el mundo, y es que, sin duda, todo sabe mejor cuando tiene quesito, pero para algunos ese amor es más grande que para otros o hasta pueden llegar a pensar que son adictos a este lácteo, por eso hoy te revelaremos las razones por las que no nos podemos resistir al queso.
De acuerdo con la American Society of Addiction Medication una adicción es una afección que involucra interacciones entre el cerebro, cuerpo, ambiente y genética; es un comportamiento impulsivo al que una persona muy difícilmente se puede resistir a pesar de las consecuencias, entonces ¿Eso puede suceder con el queso?
Pues no, no hay estudios o evidencias que abalen que el queso pueda provocarnos episodios de adicción como lo harían las drogas, pero sí despierta en nosotros un sentido de ‘recompensa’ que nos encanta.
¿Me gusta mucho o soy adicto? Razones por las que no nos podemos resistir al queso
Bueno, el queso no es adictivo como el alcohol o las drogas, pero sí es increíblemente rico y nuestro cerebro está programado para fomentar esos actos que nos provoquen placer, incluyendo comer y más si se trata de algo tan sabroso.
Algunos alimentos activan en nuestra mente un sentimiento positivo de recompensa que nos llama a querer más. Estos alimentos casi siempre son los que son ricos en azúcares, grasas, sal y carbohidratos.
El queso tiene grasa, calorías y sal ¿Qué más necesita tu cerebro para sentirse satisfecho? Entonces no, no eres adicto al queso, solo te brinda un increíble placer comerlo y activa un sentimiento de bienestar y de sentirte confortado y premiado, todo en unos cuantos mordiscos. No es de extrañar que existan tantos tipos de quesos, incluso veganos preparados a partir de ingredientes de origen vegetal.