Este fin de semana se vivió uno de los momentos más crueles y despiadados del deporte en México, esta situación ha generado numerosos comentarios y polémicas. Por eso, es momento de hacer una reflexión como padres: ¿Estás enseñando a tu hijo a ser violento en los deportes? Toma en cuenta lo que dicen los expertos.
Las imágenes violentas que se dieron entre la afición del equipo Atlas vs. Querétaro dieron mucho qué opinar al respecto, en gran medida, las consecuencias pueden ser muy negativas. En gran medida, los expertos revelan que esta clase de comportamientos vienen desde casa y se le enseña a los hijos a ser así de agresivos desde el primer núcleo: la familia.
Como padres, es fundamental dar a los hijos un mensaje positivo y nunca uno en el que la violencia esté por default en esta situación. ¿Eres de los que se molesta cuando los niños pierden en un juego o incluso los menosprecias? ¿Le motivas a comportarse de manera agresiva cuando las cosas no van como tú esperas?
Diversos especialistas en crianza aseguran que el hecho de que los padres se conviertan en jueces y verdugos cuando uno de los hijos participa en alguna actividad deportiva, entonces le estás enseñado a los pequeños a ser parte de un círculo de violencia.
Así es como puedes saber si le estás enseñando a tu hijo a ser violento al practicar un deporte
Desde los pequeños comentarios como que “el jugador pateó mal”, o que “el portero no sabe bloquear” o simplemente que todos son menos que tu hijo o hija, les crea a nivel de desarrollo de socialización un rechazo hacia el juego en equipos.
“Las consecuencias pueden ser muy negativas. Depende del caso particular de cada uno, pero se puede producir un rechazo a la práctica deportiva e incluso efectos secundarios en su propia actitud”, explica Javier Miñano, a El Mundo con relación a la forma en la que la violencia forma parte del discurso coercitivo y violento de los padres.
Cuando le estás enseñando a tu hijo a ser violento en los deportes puedes contribuir a que en el futuro a los niños les cueste trabajo hacer un trabajo en equipo no solo en la infancia, también en la adultez.
“Disfrutar sin perder la calma, animando a compañeros y, si se pudiera a rivales, sin dar lecciones de entrenador, asumiendo que sólo es un juego y que lo único que necesita nuestro hijo es apoyo. En definitiva, no agobiarle ni presionarle”, expresó el experto a El Mundo.