Las uñas pueden ser una herramienta útil a la hora de confirmar el diagnóstico de una enfermedad, sobre todo si se trata de una deficiencia nutricional. Por ejemplo, la presencia de manchas blancas en las uñas (microrroturas) puede ser una señal de déficit de zinc, hierro y vitaminas A y B6.
Desde algo tan anecdótico como una ingesta nutricional deficiente hasta enfermedades cardíacas congénitas (como es el caso de las acropaquias o dedos en palillo de tambor), las uñas pueden hablar en gran parte de nuestra salud general y pulcritud a la hora de higienizar nuestras manos y cuerpo.
Por ello, las uñas son un espejo de la rutina y el cuidado personal. Aquí te mostramos 8 consejos para cuidar la salud de las uñas, pues además de mantener su estética intacta, evitarás la proliferación de infecciones en la zona. No te los pierdas.
¿Qué son las uñas?
Las uñas se pueden definir como estructuras convexas en la piel localizadas en las regiones distales de los dedos, que están compuestas por células muertas con un alto contenido de queratina. A pesar de su aparentemente simple aspecto, una uña encierra una estructura anatómica muy compleja: lámina ungueal, matriz, lúnula, lecho ungueal y paroniquio son algunas de sus partes, aunque no nos vamos a detener en cada una de ellas.
La uña es parte de la unidad funcional del tacto y, además, actúa como una excelente capa permeable (aunque no lo parezca, la tasa de evaporación de agua en las uñas es igual que en la palma de la mano). Además de sus características fisiológicas, los seres humanos hemos hecho de las uñas un complemento estético, pues las pinturas y los adornos en ellas cada vez son menos característicos del género y se extienden en grupos sin importar edad, sexo, etnia o condición.
¿Cuáles son los mejores cuidados para las uñas?
Por todas las razones previamente descritas, podemos afirmar que el estado de las uñas es un indicativo de salud, bienestar, identidad y pulcritud personal. A continuación, te presentamos los 8 consejos más importantes para cuidar la salud de las uñas.
1. Mantén las uñas secas y limpias
Sin duda, este es el consejo más importante que te vas a encontrar en la lista. La onicomicosis es una enfermedad de presentación bastante común, que es causada en su mayoría por hongos dermatófitos (que se alimentan de la queratina). Las altas temperaturas y la humedad son un caldo de cultivo perfecto para estos patógenos y, por ello, es muy común contraerlos en verano en ambientes como piscinas y balnearios.
Normalmente, las onicomicosis se solucionan rápido con el tratamiento pertinente, pero pueden causar bastantes molestias y desajustes estéticos. Para evitar su aparición, asegúrate siempre de tener las uñas de las manos (y sobre todo las de los pies) limpias y secas. En verano, evita ponerte calzado que requiera calcetines, pues la sudoración favorece muchísimo el crecimiento de los agentes fúngicos.
2. Usa crema humectante
Como hemos dicho en líneas anteriores, las uñas transpiran la misma tasa de agua que las palmas de las manos. Si tienes las manos secas, tendrás las uñas secas, aunque no te des cuenta de ello. Las cremas para uñas se componen de sustancias cicatrizantes e hidratantes como alantoína, extractos de áloe, ácido hialurónico y pantenol y otros muchos agentes protectores. Estos ungüentos le otorgarán a tus uñas un aspecto turgente y brillante.
3. Aplica revitalizadores y endurecedores de uñas
A todos nos molestan las manchas blancas que aparecen en las uñas, ¿verdad? Te sorprenderá saber que no son manchas en sí mismas, sino microrroturas debidas a lesiones de las que, seguramente, ni te hayas enterado. Cuando una uña está débil, esta presentará más probabilidades de sufrir microlesiones a pesar de que el estímulo mecánico no sea relevante.
Para evitar este molesto signo, existen cremas y aceites revitalizadores y endurecedores de uñas. Los endurecedores de uñas típicos consisten en sales astringentes solubles al agua (aluminio y cinc, entre otros). El tratamiento es simple: introducir las uñas en un bol de agua tibia con las sales disueltas (al 1-5%) durante unos 5-10 minutos. Esto favorecerá el endurecimiento del cuerpo o lámina ungueal, lo que normalmente conocemos como “uña”.
4. Consume suplementos de biotina
La biotina, también conocida como vitamina H o B7, es un ácido vitamínico estable al calor, soluble en alcohol y agua y altamente oxidable que participa de manera decisiva en el metabolismo de los azúcares, las grasas, los aminoácidos y las purinas. Entra dentro de la categoría de nutrientes esenciales, pues no podemos sintetizarlos nosotros mismos a nivel metabólico.
Los suplementos de biotina están envueltos en controversia, pues, aunque la biotina contribuye a la regeneración de tejidos de rápido crecimiento (como son las uñas y el pelo), aún no se ha llegado a demostrar que su consumo pueda combatir del todo las alopecias y las uñas quebradizas. La realidad es que presentar un déficit de esta vitamina es extremadamente complejo, al estar presente en muchísimos alimentos. Consúltalo con tu médico de confianza si quieres probar este tratamiento.
5. No te muerdas las uñas
La onicofagia se define como el hábito de morderse las uñas. Como consecuencia, se forman en ellas pequeñas pieles sueltas, acompañadas de rojez e inflamación. Hasta el 45% de los adolescentes del mundo practican este hábito, pues está completamente ligado al estrés, ansiedad, inseguridad y miedo a un futuro incierto.
Frenar la onicofagia es esencial para cuidar la salud de las uñas. Al morderlas estás causando perjuicio en el tejido y a la vez humedeciéndolo: esto se convierte en una puerta de entrada ideal para bacterias y hongos. Además, puedes estar llevándote a la boca muchísimos patógenos del medio con este simple acto.
Para complicar aún más las cosas, diversos estudios exploran la idea de que la onicofagia grave pueda correlacionarse con trastornos temporomandibulares (TTM). Por sorprendente que parezca, morderse las uñas demasiado podría llegar a traducirse en lesiones en las estructuras de la mandíbula.
6. Trata tus cutículas
Las cutículas se forman en la base de la uña, donde la piel se cornifica al acumularse células muertas. Existen ciertas preparaciones líquidas (y emulsiones o cremas con hidróxidos alcalinos) que eliminan la piel seca que se pueda acumular en las cutículas. Además, hay otras soluciones que permiten obtener su consistencia deseada.
Mantener en un buen estado a la cutícula de la uña es esencial, pues la protege de posibles infecciones externas. Pregunta en tu farmacia o parafarmacia de confianza, pues allí te darán soluciones para hidratar, tonificar y eliminar el exceso de piel muerta de la cutícula, sin que tengas que recurrir a métodos caseros (que seguramente saldrán mal).
7. No te quites los padrastros
¡Cuántas veces habremos tirado de las pielecillas de la uña hasta dejarnos los bordes en carne viva! El que esté libre de pecado, que tire la primera piedra. Esto es un gran error pues, al arrancarte un padrastro (además de hacerte daño), dejas expuesto tejido vivo vulnerable. Lo adecuado es siempre cortar los padrastros de forma delicada con un cortauñas, nunca tirando de ellos.
8. Controla cada cuánto te pintas las uñas
Pintarse las uñas es un valor estético instaurado, pero si se hace todos los días, puede debilitar su estructura. El esmalte es un compuesto no biológico, así que, al ponerlo por encima de la uña, se evita que esta pueda transpirar correctamente con el medio. No decimos que esto vaya a ser catastrófico para la estructura en sí misma, pero nunca está de más subrayar que es mejor intercalar los días de pintado.
Por otro lado, los quitaesmaltes contienen compuestos muy desecantes, como son la acetona, el acetato de etilo o el acetato de amilo. Para contrarrestar este efecto “seco”, se pueden añadir a la uña tras la aplicación del quitaesmaltes aceites grasos que la hidraten de nuevo. Lo mejor es siempre utilizar quitaesmaltes que no contengan acetona en su composición, pues se trata de un compuesto demasiado agresivo.
Como habrás podido comprobar, mantener unas uñas sanas es fácil y sencillo, siempre que se tenga claro lo que se está intentando conseguir. Mantén tus manos y pies secos, evita que se acumule humedad en tus calcetines/guantes (sobretodo en épocas de calor), higieniza tus uñas diariamente y evita tener cualquier tipo de contacto bucal con ellas. Con esto debería ser suficiente para evitar infecciones.
Si lo que buscas es que tus uñas luzcan lustrosas, las cremas humectantes, los revitalizadores salinos y comprimidos orales de vitamina como la Biotina pueden ayudarte a ello.