Los cactus se han convertido en las plantas preferidas de muchos por el poco espacio que pueden ocupar, además que se pueden colocar en cualquier lugar sin que esto cause muchos problemas; sin embargo, al igual que cualquier ser vivo, requieren cuidados básicos que no pueden faltar si lo que se quiere es que se mantengan sanos y muchas veces la clave es saber cómo se deben regar correctamente.
Pues como te hemos advertido en otras ocasiones con otro tipo de plantas, existe una hora ideal para regarlas y que puedan absorber el agua de forma correcta; sin embargo, en el caso de los cactus existen algunos cambios y factores que se deben tomar en cuenta para que no se vea afectado ni por por exceso ni por falta de agua. Aunque se sabe que al vivir en zonas desérticas, pueden sobrevivir por más tiempo sin este líquido, esto no significa que no la necesiten, pero se debe prestar especial atención a la tierra y a la forma de la planta, por lo que te resolvemos la duda de cada cuánto se deben regar.
Así que si tienes cactus en casa, lo ideal es que los riegues una vez por semana, pero a la hora de hacerlo deberás asegurarte que el agua se vierta directamente sobre el sustrato, o sea la tierra, hasta que quede perfectamente hidratada; esto lo notarás por un cambio de color. Sin embargo, esto no significa que debas "inundar" la maceta, pues se tiene que evitar la formación de charcos.
Ahora bien, sabemos que las altas temperaturas de la temporada pueden influir a que el sustrato se seque más rápido, por lo que los tiempos de regado cambiarán, sobre todo en primavera y verano. Lo primero que tienes que hacer para saber si necesita más agua es tratar de hundir tu dedo en la tierra y ver si por debajo también está seca, si lo está hay que regar; de lo contrario, tu cactus puede aguantar un par de días más, ya que el resto del sustrato lo sigue hidratando.
Por otro lado, algunos consejos extra que te compartimos es conseguir una regadera con orificios pequeños, ya que esto te ayudará a regular la cantidad de agua sin que se generen los indeseables charcos que pueden dañar al cactus, pues el exceso de agua puede hacer que su textura dura se ablande, arrugue e incluso provocar algunas quemaduras.
Sobre esto último, es muy importante que nunca los riegues cuando el Sol esté en su máximo esplendor, ya que el impacto directo de los rayos ultravioleta ocasionan que el agua se evapore sin que las plantas tengan la oportunidad de aprovecharla al máximo. Asimismo, pueden sufrir de quemaduras a causa del cambio de temperatura.