Con los aumentos que han experimentado tanto el pan de dulce, como otros antojitos mexicanos, muchos de nosotros hemos limitado nuestro consumo de estas delicias, pero afortunadamente, siempre existen alternativas, que nos permiten ver el mundo con otros ojos para tratar de acomodar nuestra vida de una manera en que los cambios no afecten tanto a nuestro bolsillo ni a nuestros antojitos espontáneos de vez en cuándo.
Y es que apenas en el pasado mes de junio, la inflación subió hasta un 8% y definitivamente los bolsillos de los mexicanos lo han resentido. Por ello, la verdad es que muchos de nosotros hemos decidido tomar cartas en el asunto para encontrar la manera de enfrentar estos tiempos difíciles y una buena medida, definitivamente es hacer nuestros postres y botanas en casa, para que logremos mantenernos saludables y contentos.
Por esta razón, hoy hemos decidido compartir contigo nada más y nada menos que una receta para que puedas preparar unos ricos y sabrosos buñuelos en la comodidad de tu casa y con ése toque hogareño que tanto nos gusta. Y es que este definitivamente es uno de los postres mexicanos, que nos recuerdan tanto a nuestras abuelas, como a nuestras madres o incluso a las ferias de pueblo, donde posiblemente los probamos por primera vez.
Un poco de historia de los buñuelos
Los buñuelos son un postre que podemos hacer de manera fácil, sea en un sartén o en un cazo con aceite, pero de que quedan bien ricos, así es. Es una preparación muy antigua, que viene de la cocina mediterránea. De hecho el político y escritor Catón el Viejo incluyó una receta de buñuelos, con el nombre de "globos", en su libro De Agri Cultura, escrito en el siglo II a. c. En esa receta, se mezclan harina de trigo y queso, se hacen bolas que se fríen y se untan de miel y semillas de amapola para servirlos.
Sin embargo, en México no son tan circulares, sino más bien con formas irregulares y lo más planos posible. Al igual que en Colombia, suelen servirse en Navidad y eran consumidos por culturas mesoamericanas como los Aztecas y los Mayas en diversas celebraciones. Originalmente se hacía con maíz o frijol y en la época de la conquista se empezó a utilizar la harina de trigo.
Con esta receta, te saldrán alrededor de 12 piezas y estamos seguros de que te encantarán, porque tienen todos los elementos que no podían faltar en la cocina de tu abuelita, como la vainilla, piloncillo, canela y azúcar. No son un platillo de dieta, pero si normalmente haces ejercicio y cuidas lo que comes, pues podríamos decir que ya estás del otro lado, porque no corres muchos riesgos de subir de peso o de ganar más calorías de las que eliminas en una semana. Así que ¡manos a la obra!
Ingredientes
2 tazas de harina para todo uso
1 cucharadita de polvo para hornear
1 cucharada de azúcar
½ cucharadita de sal
1 huevo
1 cucharada de mantequilla ya derretida y a temperatura ambiente
Aprox. ¾ de taza de agua tibia
1 cucharadita de esencia de vainilla
Aprox. 2 tazas de aceite vegetal para freír los buñuelos
Azúcar para espolvorear
Jarabe de piloncillo
3 ½ tazas de agua
1 cono grande de piloncillo cerca de 12 oz.
1 varita de canela
6 guayabas
? de cucharadita de anís
¼ de la cáscara de una naranja
Preparación
1. En un tazón grande mezcla la harina, el polvo de hornear, 1 cucharada de azúcar y ½ cucharadita de sal.
2. Forma un hueco en el centro y agrega el huevo, la mantequilla derretida y la vainilla. Revuelve hasta que la mezcla dé la apariencia de pedacitos de avena.
3. Agrega el agua poco a poco (una cucharada a la vez) y amasa (por lo general menos de 5 minutos) hasta obtener una mezcla suave y lisa. Cubre la masa con un paño o servilleta de cocina y deja reposar durante 30 minutos.
4. Mientras la masa está en reposo prepara un rodillo, un plato grande con una toalla de papel o bolsas de papel abiertas, harina extra para estirar las bolitas de masa, y una sartén grande con el aceite vegetal listo para el momento de empezar a freír
5. Divide la masa en 12 bolitas y cúbrelas con una servilleta de cocina.
6. Calienta ¾ de pulgada de aceite en el sartén grande.
7. Coloca una de las bolitas de masa en tu superficie de trabajo previamente enharinada y estírala con el rodillo. Aplana cada bolita hasta formar un círculo lo más delgado posible pero sin que se rompa.
8. Para darle ese estirón extra al buñuelo colócalo sobre una cazuela (o un tazón) invertida y cubierta con una servilleta de manta; y estira el buñuelo por los bordes con mucha delicadeza. (El buñuelo debe quedar delgado, casi transparente).
9. Puedes formar los buñuelos, y ponerlos sobre una mesa cubierta con un mantel limpio. Que no se peguen unos con otros, mientras terminas de formarlos todos. De esta manera, se seca un poco la masa, y quedan bien doraditos.
10. Fríe los buñuelos en aceite muy caliente hasta que estén dorados y crujientes. (Esto tardará sólo unos segundos). Coloca los buñuelos en un plato cubierto con toallas de papel para absorber el exceso de aceite.
11. Sírvelos calientes o a temperatura ambiente y espolvoréalos con azúcar.
Jarabe de piloncillo
1. Coloca la taza de agua y el piloncillo en una olla mediana; calienta a fuego medio-alto hasta que el piloncillo se disuelva y tome la consistencia como de caramelo líquido.
2. Añade con cuidado el resto del agua, la canela, la guayaba, el anís y la cáscara de naranja y lleva a ebullición; cocina durante 6 minutos aprox., revuelve y hierve durante 4 minutos más.
3. Pon el jarabe resultante a un lado para utilizarlo como complemento para los buñuelos. Si lo deseas más espeso, déjalo que hierva a fuego lento hasta que logre la consistencia deseada.
4. El jarabe se conserva bien refrigerado hasta por 1 semana. Sírvelo caliente o a temperatura ambiente.