Los espárragos son los brotes inmaduros de la Esparraguera, es decir es la parte naciente de donde a la posteridad se ramifican las pequeñas hojitas que completarán un arbusto de tamaño medio.
Existen dos variedades, el verde y el blanco, lo curioso de esto, es que en realidad todos los espárragos son blancos en su etapa más inicial, la diferencia comienza cuando uno continúa germinando y llega a la superficie de la tierra y ahí, al hacer contacto con el sol, comienza el proceso de fotosíntesis que todos los vegetales necesita, adquiriendo el hermoso color verde del espárrago. Por otro lado, el blanco es recolectado antes de llegar a este punto y así mantiene su color claro.
Cualquiera de las dos variedades contienen un alto porcentaje de antioxidantes, además de una bomba de vitamina C y E, que lamentablemente pueden perderse si la cocción no es adecuada.
Por esa sencilla razón el día de hoy te dejo una receta que te permitirá disfrutar de los espárragos en su punto perfecto de textura, cocción y sabor.
Ingredientes:
- 1 manojo de espárragos
- Aceite de oliva
- 1 diente de ajo machacado
- Sal
Procedimiento:
Lo primero que hay que hacer es limpiar los espárragos, esto consiste en quitar la parte más fibrosa de él, se distingue por que el tallo se siente mucho más correoso y además tiene ligeros tonos morados., entonces cortamos hasta donde comience el verde intenso.
Además, te recomiendo que con un pelador retires la capa fibrosa que cubre el tallo, digamos que la parte más fibrosa la cortamos, y más o menos un centímetro más arriba aún continúa la capa fibrosa, esa es la que retiramos.
Una vez limpios, podemos utilizarlos enteros o por mitades, es al gusto.
En un sartén, agregamos el aceite de oliva a temperatura media, ahí machacamos el ajo y dejamos que se sofría muy muy poco.
Añadimos los espárragos y veremos cómo se intensifica el color verde, dejamos 5 o 6 minutos, añadimos sal y retiramos.
Así de poco es necesario para mantener la mayor cantidad de propiedades en el espárrago.