Hay días en los que pensamos más en una comida, que en otra, porque así es la vida. A veces amamos algo, luego nos da igual y luego pensamos en que sería bueno comer algo diferente. ¿A qué nos referimos? Pues a que definitivamente hay días en los que nos cansamos de comer frijoles, lentejas o arroz, por más que salga barato y sea delicioso, pero para esos momentos conviene desconectarnos un poco, cerrar los ojos y pensar en comida que siempre hayamos querido probar.
Seguro tu cerebro se detendrá en la suculenta gastronomía italiana, que tanto hemos visto en películas, series y hasta caricaturas, como Garfield y La Dama y el Vagabundo, donde vemos que es comida de gran nivel culinario y quizá nada barato, pero que vale cada centavo invertido en ella, porque seguro nos sorprenderá con su extraordinario sabor, que es inolvidable, por lo delicioso que es.
Debido a su fama ha conquistado miles de paladares en el mundo y de acuerdo con los italianos, se ha deformado a niveles inverosímiles y de hecho algunos creen que se ha arruinado, porque las recetas ya tienen tantas variaciones, que se parece a todo, menos a lo original, pero la buena noticia es que ¡estamos en México! aquí nadie te juzgará por modificar un poco una receta, para hacerla más saludable, atractiva o deliciosa.
¿Qué lleva la lasaña tradicional?
La lasaña es un platillo italiano, que se suele servir con láminas de pasta intercaladas con capas de ingredientes al gusto, que frecuentemente se trata de salsa ragú (carne molida) en salsa boloñesa o bechamel. Normalmente se prepara al horno, pero en la actualidad justo porque hay muchas variantes, puede prepararse vegetariana, ya sea con berenjenas, espinacas o hasta pescado. Lleva mucho queso y es altamente calórica.
Hoy hemos decidido compartir contigo, nada más y nada menos que una receta de una lasaña, pero que en lugar de láminas de pasta, lleva papa, una innovación relativamente más saludable, pero que también cuenta con carbohidratos o proteínas, que llevaría la pasta. Calóricamente sí hay un cambio, pero no sabemos qué tan grande. Lo bueno, es que sí es más fácil de digerir. Por el sabor ni te preocupes, que queda exquisita.
Esta receta te rendirá para 8 porciones y también debes saber que en lugar de ragú en salsa boloñesa, este platillo llevará jamón, tocino, perejil y queso. El sabor es extraordinario y se te olvidará que el la versión ligera de un platillo tan delicioso. Así que si esto es tu estilo, pues más vale que te pongas ¡manos a la obra!
Ingredientes
5 papas, peladas
2 cucharaditas de sal
1 cucharadita de pimienta
10 rebanadas de jamón
5 rebanadas de tocino, cocido y en trozos
1/4 tazas de perejil, picado
100 gramos de queso asadero, rallado
1 taza de crema
2 huevos
¿Cómo se prepara?
Precalienta el horno a 350°F / 180°C.
Rebana las papas en rodajas de ½ cm .
Sazona las papas con sal y pimienta.
Coloca las rebanadas de papa en un molde para hornear, engrasado formando una capa.
Coloca la mitad de las rebanadas de jamón encima de la capa de papas, enseguida coloca la mitad de las rebanadas de queso mozzarella.
Continúa con otra capa de papa y repita el paso anterior.
Esparce el tocino en trocitos con el perejil encima de la capa de queso y coloca una última capa de papas.
Termina colocando una capa de queso rallado.
En un tazón pequeño mezcla la crema con los huevos y vierte sobre el queso rallado.
Hornea por 40 minutos hasta que el queso tome un color dorado.
Deja reposar un poco, corta y sirve.