El Día de Muertos es una de las celebraciones más representativas y con más significado en México. Nuestros antepasados, durante la época prehispánica rendían culto a la muerte, cuando una persona fallecía antes de enterrarlo se acostumbraban a envolverlo en un petate, posteriormente cada año se organizaba un festín que tenía como objetivo guiar el alma del difunto en su recorrido al Mictlán.
Pues se creía que el espíritu de la persona comenzaba un viaje largo de cuatro años para llegar al Mictlán, el lugar del descanso final. Como forma de ayuda, los familiares colocaban elementos que le ayudarían en su recorrido, entre ellos, comida, bebida, y objetos que solía usar en vida, estos elementos eran colocados en un altar, muy similar a lo que se realiza hoy en día. Como parte del ritual, al morir una persona, un canino, un xoloitzcuintle era sacrificado y enterrado con el fin de ayudar al alma del difunto a cruzar el río Apanohuacalhuia. De acuerdo con la leyenda, el difunto solo podía cruzar el río, si en vida nunca había maltratado a un perro, de lo contrario su alma quedaría vagando.
Sin embargo, esta tradición se modificó con la llegada de los españoles, las costumbres, las fechas y el calendario era algo que poco a poco fue tomando otro curso. La mezcla de ambas culturas tuvo como resultado un sincretismo religioso, es decir, la mezcla de las tradiciones europeas y prehispánicas. Entre las celebraciones católicas las fechas asignadas para el día de todos los santos y el de los fieles difuntos, ya era todo una tradición que se guardaba en España, era costumbre bendecir la comida y rezar para que las almas de los difuntos salieran del purgatorio.
A raíz de esta mezcla de culturas, varios elementos de significado católico pasaron a formar parte de los elementos, un ejemplo de ello fue la cruz. Hacer coincidir las fechas de las festividades católicas y los rituales indígenas, es como se da origen a lo que hoy conocemos como el Día de Muertos.
De acuerdo con el Instituto Nacional para el Federalismo y el Desarrollo Municipal, la celebración del Día de Muertos cuenta con el reconocimiento de la UNESCO desde el 2008 como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, así mismo se define como una celebración a la memoria y un ritual que privilegia el recuerdo sobre el olvido.
Cabe mencionar que en México esta tradición tiene diferentes formas de celebrar, que puede variar de acuerdo a cada región, estado, municipio o pueblo, sin embargo, el objetivo es el mismo, reunir a las familias para preservar el recuerdo de los que ya no están.