La canela conocida por su nombre científico Cinnamomum verum, es una de las especias más reconocidas y utilizadas en el mundo, es nativa de Sri Lanka, India. Esa especia, tan conocida como canela, la solemos utilizar para darle más sabor a las preparaciones de postres y platillos, así como también forma parte de remedios naturales que se consumen a través de infusiones. Gracias a su inconfundible olor, se utiliza para crear aromatizantes naturales o velas.
El árbol de canela es un árbol de hoja perenne que requiere ser cultivado especialmente en climas tropicales aunque se puede cultivar en climas húmedos, pues requiere de altas temperaturas y mucha lluvia, puede alcanzar a tener una altura promedio de 10 metros. Para obtener los bastones que hoy conocemos se adquiere de la corteza del árbol, de esta forma podemos adquirir un exquisito condimento con gran sabor.
Como ya mencionamos este árbol puede llegar a medir hasta 15 metros, por lo que si vives en un espacio reducido seguramente pensarás que no es una opción para cultivar en casa. Sin embargo, queremos destacar que este tipo de árboles tardan algunos años en crecer, al rededor de 3 a 4 años, lo mencionamos para que se tenga en cuenta que durante ese tiempo puedes adaptar un espacio mayor para que crezca sin complicación. Para el cultivo en zonas urbanas debe tener algunos cuidados básicos como cualquier planta, se puede comenzar por dos procesos, el primero y más recomendable es a través de siembra de semillas o del trasplante de esquejes.
En esta nota te daremos el procedimiento sencillo que puedes comenzar en casa. Si quieres conocer el proceso de cosecha de la canela aquí te lo compartimos. Toma nota de lo que necesitarás.
¿Qué necesitas?
Semillas de canela
Maceta mediana
Tierra
¿Cuál es el procedimiento?
El cultivo a través de semillas es muy simple. Las semillas las puedes adquirir en un invernadero.
Comienza por adquirir una maceta mediana que tenga buen drenaje.
Coloca en la maceta 3/4 de tierra. La tierra debe ser humedecida, sin llegar a encharcar.
El siguiente paso una vez que la tierra esté húmeda, será colocar las semillas en la tierra, a un profundidad de 2 a 3 centímetros. Cubre las semillas con tierra sin hacer presión.
Procura que la temperatura de 20 a 27 grados, mantener un riego constante, es decir que la tierra se mantenga húmero pero no encharcada.
Debe estar en un lugar con semisombra.
A los seis meses ya se puede ver un crecimiento y el aroma que desprende se percibirá desde algunas semanas después de la siembra.