Hace un par de cientos de años Marie-Antoine Carême rediseñó los uniformes de chefs y decidió que el blanco era el color apropiado, además implementó el uso oficial del gorro de diferentes alturas. Y es bien sabido que dicho gorro señala la jerarquía del chef con base en las habilidades que posee.
Una de ellas, según el pliegue, es la capacidad de preparar de 100 maneras diferentes el huevo. Lamentablemente no conozco esas 100 maneras ( seguramente por eso no tengo un toque de chef) pero el día de hoy te voy a compartir una receta deliciosa de huevos florentinos. Tiene un par de pasos, pero son muy sencillos.
Ingredientes:
500 gr de espinacas
4pz huevos
1 pz cebolla
125 gr de queso gouda rallado
50 gr de mantequilla
35 gr de harina
500 ml de leche
1 cucharada de mostaza
Pimienta y Sal c/s
Aceite c/n
Procedimiento:
Colocar una sartén al fuego y agregar la mantequilla. Cuando esté derretida, rallar la cebolla e incorporar. Dejar sofreír a fuego medio, reservar.
Cuando tenga un ligero color caramelo, incorporar la harina y remover bien para que tenga una cocción pareja.
Apartar la sartén del fuego y añadir la leche, poco a poco. Volver a poner la sartén al fuego y cocinar a fuego lento sin dejar de remover, esta salsa se llama bechamel.
Cuando resulte una salsa espesa y sin los grumos, añadir el queso, así como una pizca de pimienta, sal y una cucharadita de mostaza. Remover bien para integrar.
En otra sartén, saltear las espinacas con un chorrito de aceite de oliva.
Elige cuatro platos de horno o cazuelas. y en cada una de ellas colocar una base de espinacas, cubrir bien con la salsa y sobre ella, un huevo. Espolvorear algo más de queso al gusto.
Finalmente, llevar esos platos al horno y hornear a 200º por 5 o 6 minutos o hasta que veamos cómo los huevos estén cuajados.