Cada 6 de enero, a veces antes, a veces después, pero casi nunca lejos de este mes, partimos la tradicional rosca de reyes, un pan que nos recuerda el pasaje bíblico en que Herodes persiguió a los bebés para matarlos, por temor a que alguien tuviera más poder que él y lo derrocara, porque es cuando no conforme con Navidad y Año Nuevo, la familia se reúne oootra vez, para engañarse a sí mismos con que ya empezaron el gimnasio y la dieta.
Sin embargo, más allá de exhibir la falta fuerza de voluntad y disciplina de las mismas personas cada año, este pan sirve para degustarlo sin culpa del lado del azúcar y también donde está el ate, higo, membrillo o lo que le pongan encima. Y es que por más que este pan se consuma a lo largo y ancho del país, hay que recordar, que es un pan que no es precisamente mexicano.
La tradición de la rosca de reyes surgió en Francia por allá en el siglo XIV, cuando la primera rebanada se regalaba a quien fuera pobre o llegara sin avisar, luego para los que habían sido enviados a la guerra y al final a todos los demás. Sin embargo alrededor del mundo existen diferentes maneras de partir la rosca.
¿De dónde viene la tradición de la Rosca de Reyes?
En España, por ejemplo, también se esconden cosas en el roscón de reyes, como habas o monedas, pero el que las encuentre no lleva comida para todos, sino que se convierte en rey o reina por ése día, por lo que no da trabajo pensar que por ahí haya venido cierta influencia, tanto para el tratamiento del pan, como para el de forjar una tradición que tiene décadas y quizá hasta cientos de años en México.
Hasta ahora, lo que se sabe es que a México llegó el roscón español desde el siglo XVI, una tradición importada desde España, durante la colonización española. Pero aquí comenzó a disfrutarse con un chocolate caliente o atole, bebidas que hoy en día nos parecen inseparables de este tipo de pan a la hora de disfrutarlo.
El pan que aquí conocemos como rosca de reyes, se adorna con frutos como ate, dátiles, higo y franjas de una pasta dulce, que se hace con manteca, azúcar y harina. También se le adorna con acitrón, pero dado a que esta especie fue declarada en peligro de extinción, pues se han buscado otras alternativas para suprimirlo. La tradición dicta que se partirá la rosca y quien encuentre al muñequito, que regularmente es el Niño Dios, pero que actualmente ya hay variantes donde se esconden hasta Baby Yodas o Jack Skelington, tendrá que llevar los tamales para todos el Día de la Candelaria, que es el 2 de febrero.