El queso es uno de los alimentos más consumidos en el mundo, pero este lácteo -que se comercializa en diversas variedades, sabores y consistencias- podría ser perjudicial para tu salud si lo comes en exceso, ya que algunos de ellos pueden contener un alto índice de grasas saturadas.
La tipología de quesos que tiene una menor cantidad de agua se presentan más concentrados, es por ello que generalmente tienen mayor cuerpo y consistencia. Esta es la cantidad de acuerdo con Business Insider:
Manchego – 33 a 50% de grasa
Cheddar – 33% de grasa
Queso de cabra – 35% de grasa
Emmental – 31% de grasa
Queso azul – 30% de grasa.
La recomendación de la American Heart Association Trusted Source es limitar las grasas saturadas al 5 o 6% del consumo diario total de una persona.
Se recomienda evitar los que son procesados (americano, fundido), ya que pueden aportar más calorías de las que gastas al día.
¿Cuáles son los peligros de comer queso azul?
Debido a sus altas concentraciones de grasa, el queso azul puede conllevar al aumento de los niveles de colesterol y eleva el riesgo de padecer enfermedades en el corazón.
Aunque es rico en sodio, las altas cantidades podrían derivar en problemas para tu organismo como hipertensión, retención de líquidos, osteoporosis o accidentes cerebrovasculares.
Además, su hongo podría producir micotoxina, una sustancia que puede ser dañina y generar náuseas, vómitos o problemas gastrointestinales.
De acuerdo con Healtline, las esporas de moho pueden crecer en los alimentos debido al deterioro y generar bacterias dañinas como E. coli, Listeria, Salmonella y Brucella, causantes de intoxicaciones alimentarias.
Sin embargo, las Penicillium utilizadas para producir queso azul se consideran seguras y son las responsables de darle su sabor y olor característico, así como sus manchas azules y verdes. Esto no lo exime de que cada 100 gramos contienen aproximadamente 351 calorías.