En México ha existido un debate permanente por la forma en la que se llama a esta planta nativa de nuestro país, de América Central y parte de Sudamérica. En el mundo suelen referirse a esta planta como tomate, debido a que a la planta se le conoce como tomatera; sin embargo, en el centro del país nos referimos a esta verdura como jitomate y esto tiene mucho sentido debido a que el origen de su nombre es la palabra náhuatl, xītomatl.
La palabra náhuatl xictomatl proviene de xic, que a su vez viene de xictli y que significa ombligo, y tomatl que significa tomate, por lo que su significado es fruto con ombligo. El jitomate proviene de la familia Solanaceae, y nos referimos a ella con este pronombre para diferenciarlo de la especie verde que proviene de la misma familia y al que llamamos tomate y que a su vez se diferencia del tomatillo que es más pequeño y menos ácido.
Aunque algunos consideran que el prefijo "ji" significa rojo, como lo señala el Dr. en Ecología por la Universidad de California, Hugo Perales River, en la investigación Biodiversidad Humanizada.
"El jitomate (Lycopersicon esculentum), nombre indígena basado en el del tomate (Physalis philadelphica) con el prefijo náhuatl “ji” de rojo, pertenece a un género sudamericano, pero la evidencia histórica, lingüística, arqueológica y etnobotánica favorece la domesticación en México (Rick 1976)."
Por su parte, el tomate verde también se conoce en algunas regiones del país como miltomate, palabra que proviene del náhuatl milli, que significa milpa o sembrado, y tomatl. Ambas verduras eran conocidas desde tiempos precolombinos, pues el jitomate se utilizaba en la gastronomía mexicana desde hace 2600 años. Sin importar la forma en la que se llama, el jitomate es una verdura de sabor más dulce y que igual puede comerse fresco, solo o en ensaladas o cocido en diversas preparaciones.
Lamentablemente, en la actualidad China es el principal productor de jitomate en el mundo, seguido de India, que en su conjunto producen el 40% del volumen total; en tanto, México ocupa el décimo lugar, con un 3.1% de la producción mundial. En este escenario, Sinaloa es donde se produce más volumen de jitomate, seguido de San Luis Potosí y Michoacán.
Beneficios del jitomate
Como todas las frutas y verduras, el jitomate es buena fuente de fibra, vitamina C, además de que su color rojo indica que contiene betacarotenos, una forma de vitamina A. Sus aportes nutrimentales benefician al sistema digestivo, cardiovascular, inmunológico, y otras funciones vitales; mientras que el potasio contribuye a tener una correcta contracción muscular, mantiene hidratado el cuerpo y evita la presencia de calambres por deficiencia de este nutriente.
Contiene licopeno, un carotenoide con un alto poder antioxidante que inhibe la oxidación de las células que además de proteger al organismo y previenen de desarrollo de células cancerígenas. Además contiene luteína y zeaxantina, otros carotenoides que cumplen con funciones antioxidantes y que están presentes en la retina, la mácula y el cristalino del ojo, por lo que su consumo se asocia a prevenir enfermedades como cataratas y degeneración macular.
Tiene flavonoides, otro tipo de carotenoides que además de antioxidantes, son antiinflamatorios y antivirales; mientras que los fitoesteroles inhiben parcialmente la absorción de colesterol en el intestino y ayudan a reducir sus niveles en la sangre. Otro de sus componentes, la tomatina, tiene propiedades antibacterianas, antimicóticas y antiinflamatorias.
Su consumo también es conocido en jugo, que ayuda a mejorar el aspecto de la piel estimulando la producción de colágeno natural, además de contrarrestar el exceso de grasa y contribuir a disminuir las manchas por la exposición al sol, al tiempo que mitiga a este órgano de la aparición de erupciones cutáneas.