La jícama es un tubérculo con alto contenido de agua, según datos este alimento contiene de un 86 a un 90%, además posee vitaminas del complejo B y vitamina C, así como minerales como calcio, potasio, fósforo, hierro y magnesio. Este tubérculo pertenece a la familia de las leguminosas Fabaceae, en la que también se encuentra el frijol, habas, garbanzos, entre otros. Posee un sabor dulce y almidonado que logra ser bastante fresco.
La jícama es recomendada para las personas que buscan llevar una alimentación más equilibrada, quieren perder peso o incluso, para las personas que padecen diabetes, ya que contiene muy pocas calorías. Entre sus beneficios, la jícama ayuda a mantener una salud ósea adecuada, es saciante, es fuente de antioxidantes, refuerza el sistema inmunológico y mejora la digestión.
Su cultivo mayormente se realiza en climas cálidos, pero también es posible cultivarlo en casa y en maceta de una forma bastante sencilla. En esta nota te daremos una breve guía básica para que puedas lograrlo de manera exitosa. No dejes pasar ningún detalle.
El tiempo de germinación tarda aproximadamente de siete días, debes de tener presente este punto para que no desesperes durante el proceso. Para que comiences a ver la primera cosecha el tiempo promedio podrá ir desde los seis hasta los diez meses.
¿Qué necesito?
Recipiente con tapa
Tierra para jardín
Maceta de 40 centímetros de profundidad
¿Cómo se cultiva?
Selección de semillas. Como primer paso, debemos adquirir las semillas de jícama, éstas las puedes encontrar en invernaderos o mercados de plantas. Antes de sembrarlas debemos colócalas en un recipiente con agua y deja reposar por una noche.
Germinado. Una vez que ha pasado el tiempo de reserva se las semillas en agua, coloca un poco de compost o tierra para jardín preparada en el recipiente con tapa, puedes reutilizar incluso recipientes de unicel. Coloca un poco de sustrato y coloca las semillas en una profundidad no mayor a 3 centímetros y entre cada una deja un espacio de 5 centímetros y cubre con un poco más de tierra sin generar mucha presión. Riega moderadamente solo hasta que la tierra se encuentre humedecida y tapa.
Coloca el recipiente en un espacio donde no reciba luz directa, trata de mantener la tierra siempre humedecida y después de siete días comenzaras a ver los primeros brotes. Entonces será momento de trasplantar en su maceta definitiva.
Trasplanta. Para el trasplante será necesito que tengas una maceta bastante amplia, ya que al crecer la jícama necesitará se suficiente espacio, te recomendamos que utilices una maceta o recipiente de 40 centímetros de profundidad, también es importante considerar que sea bastante ancha para que no tenga problema en su desarrollo. Otro punto importante que no debes olvidar es que la maceta o recipiente deban de tener un buen drenaje para que el agua no se estanque.
Rellena la maceta con tierra preparada para jardín, asegúrate que esté bien humedecida. Con mucho cuidado realiza el trasplante de las jícamas y colócalas en un orificio previamente hecho con una profundidad no más de cinco centímetros. Cada plantita debe de tener un espacio entre si de unos 10 centímetros, esto les permitirá crecer muy bien. Cubre con tierra tratando de no dañar las plantas. Riega para que la tierra de mantenga humedecida.
Cuidados. Después del trasplante coloca la maceta en un lugar donde reciba suficiente luz solar, aplica el riego moderado de tal forma que la tierra se mantenga húmeda. Alrededor de los 15 días podrás ver como crecen las plantas.
Cosecha. Recuerda que para comenzar a ver la primera cosecha debes de tener paciencia ya que esta puede presentarse a partir de los cinco meses.