Comer picante en México es el pan de cada día. Es parte de nuestra cultura y difícilmente renunciamos a ello. Y es que es un hábito que nació hace siglos o quizá miles de años desde la época prehispánica, cuando surgieron los primeros moles o salsas que se empezaron a añadir estos aderezos o bases a los platillos tradicionales de verduras o carne, con las que combinaba todo más que bien y que ni la conquista pudo destruir.
Hoy en día, la cocina mexicana tiene influencias de un montón de lugares, entre los que destacan España, India, algunos países de África y hasta Arabia. El sazón ya es autóctono de aquí, pero los sabores pueden ser muy variados, según las costumbres culinarias de cada región y también los ingredientes locales con los que se cuente en ciertas zonas, porque muchas veces se cocina con lo que se tiene, no siempre con lo que se quiere.
Aunque si en algún momento tu abuelita te dijo "Aquí nos podemos morir de cualquier cosa, menos de hambre", atesora esas palabras, porque están cargadas de razón y la verdad es que sí se puede cocinar platillos muy ricos con cosas relativamente baratas, especialmente, si uno de los ingredientes principales son las salsas. Sí, la verdad es que estas últimas son una de las partes esenciales de un taco. Una vez dicho esto, ¡manos a la obra!
Ingredientes
3 chiles jalapeños
2 chiles manzano
2 rebanaditas de piña
Jugo de limón al gusto
1/2 diente de ajo
Preparación
1. Muele el ajo en el molcajete.
2. Asa tus chiles en el comal y una vez que se inflen o que tengan manchitas de quemado, retíralos de ahí.
3. Remueve la colita de los chiles y pícalos en trocitos. Agrega al molcajete y reserva.
4. Pica la piña en trocitos y añádela al molcajete. empieza a apachurrar todo con el tejolote y cuando todo tenga los trozos más chiquitos, echa el jugo de limón y un poco de sal.
5. Puedes servir en otro recipiente o directo del molcajete.
6. ¡Listo!