Aprovecha el Fruto de Temporada con esta Sencilla Receta
En los fríos días de invierno, es común antojarse de un dulce que reconforte el alma y el paladar. Y qué mejor manera de satisfacer ese antojo que con una mermelada casera, especialmente una hecha de tejocote, un fruto pequeño pero poderoso en sabor y nutrientes.
Los Tejocotes: Un Tesoro de Sabor y Salud
El tejocote, también conocido como manzanita o manzana de Indias, es un fruto de origen náhuatl cuyo nombre significa "fruto duro de sabor agrio". Su distintivo sabor agridulce, con un toque más agrio que dulce, esconde un tesoro de beneficios para la salud. Rico en vitaminas B y C, minerales como el calcio y el hierro, y proteínas como la queratina, este fruto es un aliado para el cuidado de la piel, uñas y cabello.
Beneficios de la Mermelada de Tejocote
Preparar mermelada de tejocote en casa no solo es una delicia para el paladar, sino también para la salud. Este fruto ayuda a disminuir los niveles de glucosa en la sangre, fortalecer el sistema inmunológico y aporta proteínas y carbohidratos esenciales.
Consumo Versátil
La mermelada de tejocote es excepcionalmente versátil en la cocina. Puede ser el complemento perfecto para una rebanada de pan integral, un delicioso relleno para bizcochos, o incluso como un aderezo para helados.
Mermelada de tejocote
Ingredientes
1 kg de tejocotes limpios y sin semillas
500 g de azúcar (puedes ajustar la cantidad según tu preferencia)
1 taza de agua
Jugo de 1 limón
Preparación
Lava y pela los tejocotes. retira las semillas y corta la pulpa en trozos pequeños.
Coloca los tejocotes en una cacerola grande junto con el agua.
Lleva a ebullición y reduce el fuego a medio.
Cocina los tejocotes por unos 20 o 30 minutos hasta que estén suaves, revolviendo ocasionalmente.
Agrega el azúcar al gusto a los tejocotes cocidos y revuelve bien.
Cocina a fuego medio-bajo, revolviendo constantemente para evitar que la mezcla se pegue al fondo de la cacerola.
Una vez que la mermelada tenga una consistencia espesa y los tejocotes estén bien cocidos, agrega el jugo de limón.
Prueba la mezcla y coloca un poco de esta sobre un plato previamente enfriado en el congelador por unos minutos.
Si la mermelada se arruga y tiene una textura gelatinosa, está lista.
Envasa en frascos de vidrio con tapas estériles; asegúrate de que estén bien sellados después de colocar la mermelada caliente y deja enfriar a temperatura ambiente.
