Distinguir entre un infarto y un preinfarto es crucial para actuar a tiempo. Un infarto ocurre cuando el dolor en el pecho persiste más de 10 minutos, causando daño al músculo cardíaco, mientras que un preinfarto se presenta con síntomas más leves y dolor de corta duración (menos de 10 minutos), sin daño evidente. Los síntomas comunes incluyen opresión en el pecho, que puede irradiarse al cuello, mandíbula o brazo izquierdo, sudoración, náuseas y cansancio extremo. Las mujeres pueden experimentar síntomas más vagos, como dolor abdominal o dificultad para respirar.
Prevenir un infarto es posible controlando factores de riesgo modificables como el colesterol alto, hipertensión, diabetes, obesidad, sedentarismo y tabaquismo. El estrés emocional también puede desencadenar problemas cardíacos, incluso en personas con arterias saludables.
Identificar los síntomas y actuar rápidamente puede marcar la diferencia entre un preinfarto y un infarto, ayudando a evitar daños graves al corazón.