El melón, fruta de la familia de las cucurbitáceas, es reconocido por sus múltiples beneficios para la salud, especialmente en el equilibrio de la presión arterial. Su origen es debatido, con teorías que apuntan tanto al sur de Asia como a África. En México, las variedades más comunes son el melón chino y el melón verde, siendo el primero de cáscara rugosa y pulpa rosada.
Esta fruta es rica en agua, vitaminas A, B, C y E, ácido fólico, fibra, y minerales como calcio, hierro y potasio. Su alto contenido de agua la convierte en una excelente opción para la hidratación, especialmente en climas cálidos. Además, el potasio presente en el melón contribuye a regular la presión arterial, y su capacidad como laxante natural favorece la salud digestiva.
Los antioxidantes del melón ayudan a prevenir el envejecimiento prematuro y reducen el riesgo de enfermedades crónicas, como enfermedades cardiovasculares y ciertos tipos de cáncer. Por ello, su consumo regular en una dieta equilibrada es altamente recomendado.
En la gastronomía mexicana, el melón se utiliza en ensaladas, cócteles de frutas, aguas frescas, nieves y gelatinas. Además, sus semillas se pueden aprovechar para preparar agua de horchata.