El atún es conocido por ser una proteína altamente nutritiva, rica en ácidos grasos Omega-3, vitaminas B12 y D, y minerales como el fósforo, hierro y magnesio. Sin embargo, aunque aporta grandes beneficios a la dieta, también es importante consumirlo con moderación debido a los posibles riesgos relacionados con su contenido de mercurio.
Especialistas como el nutricionista Eduard Baladia y la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) recomiendan limitar su ingesta a un máximo de 340 gramos semanales, especialmente en el caso del atún blanco, rabil o rojo, que presentan mayores concentraciones de mercurio. Este metal puede representar un riesgo para la salud, sobre todo en grupos vulnerables como niños y mujeres embarazadas.
Por otro lado, las especies más pequeñas de atún contienen menos mercurio, lo que las convierte en una opción más segura. Además, para una dieta balanceada, es fundamental complementar el consumo de atún con una variedad de frutas, verduras, legumbres y carnes magras, según recomendaciones de diversas instituciones de salud.