Un estudio reciente de la Universidad de Harvard ha revelado un hábito común entre las mujeres más felices: la gratitud. Este sencillo acto de dar las gracias o sentir agradecimiento puede no solo mejorar el bienestar emocional, sino también prolongar la vida.
Los investigadores analizaron la relación entre la gratitud y la esperanza de vida en mujeres de diferentes edades y encontraron que expresar gratitud puede ser un factor clave para aumentar las emociones positivas y fomentar una mejor salud.
El estudio incluyó a más de 49,000 enfermeras y mostró que las mujeres con mayor gratitud tenían menos probabilidades de padecer depresión y enfermedades, como problemas cardiovasculares. Además, este hábito parece estar relacionado con una mayor longevidad, independientemente de factores como la situación económica o el nivel de participación social y religiosa.
Según los expertos, la gratitud ayuda a generar una "espiral positiva" que no solo mejora el estado de ánimo, sino también el bienestar físico y social. Estos beneficios incluyen un menor riesgo de sufrir enfermedades graves y una mayor salud mental. De hecho, la gratitud ya ha sido vinculada con la reducción de la ansiedad y la depresión, condiciones que afectan con mayor frecuencia a las mujeres.
Además de la gratitud, otros hábitos como el ejercicio, la jardinería y, sorprendentemente, bailar, también contribuyen a aumentar la felicidad y reducir el estrés. Bailar, por ejemplo, genera serotonina, lo que ayuda a aliviar la depresión y la ansiedad. En resumen, pequeños cambios como agradecer más y moverse físicamente pueden tener un gran impacto en la salud mental y física, ayudando a las mujeres a sentirse mejor y vivir más tiempo.