El uso excesivo del celular puede generar una relación de amor y odio. A pesar de ser una herramienta útil, muchos de nosotros nos encontramos atrapados en una espiral de notificaciones y distracciones que afectan nuestra paz mental. Tras reflexionar sobre mi propia experiencia, decidí hacer algunos ajustes en mi rutina para recuperar el control.
Consejos para encontrar un balance entre tu celular y tu bienestar
Límites de tiempo en las apps: Para evitar el uso excesivo, establecí un límite en las aplicaciones que más tiempo me consumían. Si tienes iPhone, puedes usar la función de restricciones para controlar el acceso a redes sociales o apps no esenciales.
Modo escala de grises: Activar esta opción en mi celular fue clave. Al eliminar los colores vibrantes, la pantalla pierde atractivo, lo que disminuye las ganas de revisar las aplicaciones sin motivo.
Controlar las notificaciones: Usar el modo enfoque me permitió que solo llegaran mensajes importantes, evitando interrupciones innecesarias y ayudando a mantener mi concentración y tranquilidad.
Estos cambios me han permitido reducir la saturación mental, aumentar mi productividad y sentirme más tranquila.
¿Por qué estamos tan enganchados al celular?
Cada notificación, mensaje o "me gusta" libera dopamina, lo que nos genera una sensación de recompensa inmediata. Este ciclo, diseñado por las apps para mantener nuestra atención, crea adicción. El miedo a perdernos algo (FOMO) y la sobrecarga de información nos mantienen pegados a la pantalla, lo que puede llevar a la fatiga mental y el estrés.
El regreso de los "dumb phones"
Ante esta saturación digital, algunas personas han decidido volver a lo básico, utilizando "dumb phones", dispositivos sin acceso a internet ni aplicaciones. Este regreso a los teléfonos antiguos refleja una tendencia hacia la desintoxicación digital. Además, muchos redescubren objetos retro como relojes analógicos o cámaras de película, que nos conectan con el presente de manera más auténtica y menos abrumadora.
Desconectarnos no significa renunciar a la tecnología, sino encontrar un equilibrio que nos permita disfrutar de sus beneficios sin afectar nuestra salud mental.
