Tomar café por la mañana es una tradición para millones de personas alrededor del mundo, pero hacerlo con el estómago vacío puede tener efectos perjudiciales para la salud. Aunque es común disfrutar de esta bebida nada más despertar, expertos advierten sobre los riesgos que conlleva este hábito.
Acidez y mala digestión
Uno de los problemas más comunes de tomar café en ayunas es el aumento de la acidez gástrica. El café estimula la producción de ácido clorhídrico en el estómago, lo que, si no se equilibra con comida, puede causar irritación y generar molestias como reflujo, gastritis o quemazón. Además, la cafeína también activa la motilidad intestinal, lo que puede generar calambres, hinchazón y otros problemas digestivos.
Aumento del estrés por el pico de cortisol
El café aumenta la producción de cortisol, la hormona del estrés. Aunque los niveles de cortisol son naturalmente más altos al despertar, consumir café en ayunas puede elevar aún más estos niveles, lo que podría provocar ansiedad, nerviosismo e irritabilidad. Con el tiempo, un exceso de cortisol puede afectar el estado de ánimo, el metabolismo y la calidad del sueño.
Alteración de los niveles de azúcar en sangre
La cafeína también puede provocar un pico en los niveles de azúcar en sangre, pero al no haber alimentos en el estómago que estabilicen esos niveles, este aumento puede ir seguido de una caída abrupta. Esto genera cansancio, irritabilidad e incluso hambre. Este fenómeno puede ser problemático para quienes sufren de diabetes o trastornos en la glucosa.
Para evitar estos efectos negativos, es recomendable siempre acompañar el café con un desayuno equilibrado. Comer algo antes de tomar café protege el estómago, regula el azúcar en sangre y mitiga el impacto de la cafeína, promoviendo un inicio de día más saludable.