Cada 8 de abril se conmemora el Día Internacional de Oposición a los Alimentos Transgénicos, una jornada que agrupa manifestaciones y acciones en distintos países para expresar el rechazo a la manipulación genética en la producción agrícola, debido a su impacto en las prácticas agrícolas convencionales y la alimentación natural.
¿Por qué se dedica un día a esta causa?
La fecha busca generar conciencia sobre la falta de información y la imposición del consumo de productos alterados genéticamente, así como promover métodos sostenibles de cultivo y la obtención de alimentos libres de ingeniería genética para el consumo humano.
¿Cuál es el origen de esta fecha?
La iniciativa surgió el 8 de abril de 2006, impulsada por un centenar de colectivos internacionales repartidos en más de 40 países. Su propósito es alertar sobre los posibles efectos perjudiciales que estas tecnologías tienen tanto para la salud como para los ecosistemas.
La elección del día coincide con la Convención de Biotecnología celebrada en Chicago y el fallo de la Organización Mundial del Comercio respecto a un conflicto comercial entre Estados Unidos y Europa en torno a los Organismos Genéticamente Modificados (OGM).
¿Qué son los alimentos transgénicos?
Se trata de productos elaborados a partir de organismos cuyo material genético ha sido alterado mediante biotecnología o ingeniería genética, al insertarles genes de otras especies animales o vegetales. Algunos cultivos transgénicos comunes son el maíz, la soya, la canola, el arroz, el tomate, la papa, el algodón y los álamos.
También se consideran transgénicos ciertos alimentos de origen animal, edulcorantes como el aspartame y productos lácteos. Un hito importante fue la creación, en 1986, de la primera planta modificada genéticamente por la empresa Monsanto. Posteriormente, en 1994, la firma Calgene desarrolló el primer alimento comercial transgénico: el tomate Flavr Savr.
Para 2014, el cultivo de estas variedades alcanzó a 28 países, abarcando una superficie aproximada de 181.5 millones de hectáreas.
¿Qué ventajas y riesgos tienen los transgénicos?
Entre sus beneficios se incluyen:
- Mayor valor nutricional.
- Tolerancia a climas extremos y plagas.
- Desarrollo acelerado de cultivos.
- Reducción en el uso de pesticidas.
- Algunos pueden emplearse con fines terapéuticos o como vacunas.
Sin embargo, también presentan riesgos como:
- Agotamiento del suelo por uso intensivo sin rotación de cultivos.
- Dependencia de productos químicos contaminantes como fertilizantes y herbicidas.
- Sustitución de variedades tradicionales como trigo, cebada y sorgo.
- Posibles efectos adversos para la salud, como alergias o toxicidad.